PRECUELA: El comienzo de un final. PARTE 3

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Dos meses después de la muerte de mamá el ambiente en casa ya no era el mísmo, y nos dimos a la obligada desición de irnos de casa, los caminantes no paraban de venir en pequeñas hordas, y el lugar ya no era seguro. Ya había pasado un año desde que el fin del mundo comenzara, yo ya tenía 12 años y Andy tenía 15 años.

Me volví menos alegre, más fría. Los primeros días estaba negandome a comer, no hablaba y me la pasaba llorando en silencio en la tumba de mamá en el patio trasero. Escribí canciones acerca de mamá y trataba de cantarlas pero no había una vez en la que rompiera a llorar.

El día en que nos fuimos de casa fue demasiado triste, recordar todo lo que habíamos pasado...lo dejaríamos todo. Pero mamá quería lo mejor para nosotros. Todo lo que tomé fue una mochila y varios libros que me habían acompañado desde la infancia: Harry Potter.

También tome a mi conejo, desgastado y roto por algunos lados y tomamos todas las municiones que había en casa.

Salimos de casa y Andy y yo le dimos la última mirada, sí...sería la última vez que vería esa casa.

-Vámonos de aquí antes de que comience a llorar otra vez.-Agregué mientras le hechábamos la última mirada a la casa y Andy cargaba su arma. Le habíamos conseguido unos nuevos anteojos...

Pasamos todo el día caminando y paramos muy pocas veces, la verdad es que nadie de nosotros había dicho una palabra, sólo para guiarnos a dónde ir y si teníamos alguna pregunta.

Era de noche y nos recostamos a dormir en un bosque, en la mañana habíamos pasado por una granja, que estaba ya consumida por las llamas.

Me sentía muy mal, tanto como físicamente me dolía la cabeza, y sentimentalmente me sentía muy triste a causa de mamá y de dejar mi hogar y de comenzar desde cero.

Así pasaron varias semanas en la que lo único que hacíamos era caminar, hasta que encontramos a una mujer fuera de una casa en un vecindario abandonado.

-¡Sobrevivientes!.-Gritó una mujer.

Me escondí detrás de Andy y saqué mi arma, amenazé a la mujer.

-No se preocupen...podemos ayudarlos.

-¿Y cómo se supone que lo hará?.-Le respondí con frialdad.

-Oh, pequeña niña...-dijo la mujer.

-Ni se le ocurra hablarle a mi hermana.-Agregó Andy.

-¡Basta los dos! Tal vez pueda ayudarnos.-Dijo Sasha.

-Tenemos agua, comida...todo lo que puedan necesitar...-Dijo la mujer nerviosa.-Me parece que han estado mucho tiempo allá afuera ¿No? po...podemos darles un tiempo aquí...hasta que termine el invierno...

Salí de detrás de Andy y me mostré a la mujer.

-Podemos ayudarlos...

Sasha y Tyresse se miraron y ambos asintieron con la cabeza.

-Está bien...pasaremos la noche aquí y nos iremos de nuevo.-Afrimó Sasha.

-Pasen, pasen.

Su casa era sólo de un piso y, aunque no conocíamos a esa persona estaba siendo amable con nocotros.

-Se ven demasiado desgastados...¿Qué tal si se dan una ducha y les doy algo de ropa? Mi familia murió hace varios meses y me queda ropa de sobra...

-¿Son hermanos?.-Preguntó la mujer mirándonos a Andy y a mí.

-Sí.-Dijo Tyresse.-Perdieron a su madre hace unos meses.

Los ojos se me empezaron a llenar de lágrimas y me las limpié con el dorso de la mano rápidamente.

Entre el peligro y el amor (Carl Grimes) [EDITANDO]Where stories live. Discover now