Demencia.

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Tras volver a casa después de aquel curioso incidente donde los dos no sabían cómo sentirse al respecto, Naya quiso tranquilizarse ayudando a Carol a preparar el almuerzo, ella se encontraba en la casa acompañándolos para cuidar a Judith. Aquella pequeña luz de tranquilidad se apagó cuando ambas oyeron un grito, Carl estaba en la habitación de arriba leyendo. Carol e Iris se asomaron juntas a la ventana, viendo cómo un hombre con un machete acechaba y asesinaba a una mujer.

-Mierda-Susurró la chica, corriendo hasta donde se encontraba su arco y sus armas para tomarlas. Se colgó el carcaj en la espalda y tomó el arco con una flecha en sus manos, aseguró el arma en su cinturón y el cuchillo firme dentro de su funda, alguien había invadido la comunidad, y al parecer no eran buenas personas, nadie llegaba de una forma tan inesperada para matar a quien se le atravesara en frente. El corazón de la joven latió con fuerza contra su pecho y la incertidumbre se apoderó de ella, se asomó nuevamente a la ventana y caminó hasta las escaleras encontrándose con Carl, quien sostenía un arma.

-Lo vi todo desde arriba, vienen de todos lados.

-Espera, ¿Son tantos?-Preguntó la de ojos verdes sintiendo cómo el cabello volvía a caer por su frente para obstruir la vista, puso un mechón detrás de su oreja mientras veía a Carol equipar su revólver.

-Quédense aquí y cuiden a Judith.

Carol salió casi tan rápido como una bala y los chicos se quedaron adentro y en silencio atentos a cualquier ruido que pudiera indicar peligro: Alguien forzaba la puerta, era una silueta femenina. Iris estaba de un lado de la puerta y Carl del otro, los dos avanzaron sigilosamente hasta que la vieron abrirse, era Enid, la de ojos verdes suspiró de alivio pero no bajó la guardia. Ahora se escuchaban disparos, explosiones de bombas caseras, gritos de agonía que no la dejaban pensar con claridad.

"¿Hueles eso, Iris? ¡SANGRE!"

La voz dentro de su cabeza habló, pero la chica trató de ignorarla.

-¿Por qué no tocaste?-Preguntó Iris, asustada.

-Porque tengo esto, no quiero que lo encuentren.-Le dio varios pares de llaves a Carl, quien rápidamente los guardó en un lugar seguro.- Y vine a despedirme de ustedes.-Añadió después, con tranquilidad ¿Cómo podía estarlo?

-Vigila la puerta de atrás, y dinos si los ves.-Dijo Carl en seco ignorando completamente lo que dijo Enid

-No me voy a quedar.-Replicó ella disgustada.

-Tú no irás a ningún lado, te quedarás con nosotros a proteger a Judith y no dejaremos que nadie entre aquí.-Le contestó Naya, mientras se asomaba sigilosamente por una de las ventanas. La adrenalina corría por sus venas, quería salir... quería salir a matar.

Los chicos se sentaron juntos en un círculo, Naya apuntaba con el arco, Carl con el arma y Enid sostenía un cuchillo entre sus manos.

-¿Los viste?-Le preguntó Carl.

-Sólo son personas, este es un lugar muy grande como para ser protegido...Hay puntos ciegos.

-Lograron entrar, pero van a morir.-Agregó Naya, moviendo uno de sus pies con ansiedad.

-Todos.-Argumentó Carl.

Iris no comprendía por qué Enid quería irse, era su amiga, no quería perder a nadie más, estaba segura de que ella no se iría, que cambiaría de parecer...

-No te despidas de nosotros.-Añadió la de ojos verdes, tratando de ocultar que muy en el fondo de su corazón tenía miedo.

-Está bien, no lo haré.-Respondió su amiga en un murmullo.

Entre el peligro y el amor (Carl Grimes) [EDITANDO]Where stories live. Discover now