Desconfianza.

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El grupo emprendió camino a cualquier lugar lejos de Terminus. Rick había eliminado los mensajes de los carteles que estaban esparcidos. Naya caminaba junto a los hermanos Sasha y Tyresse, sintiéndose a salvo de nuevo, casi como en casa.

-Creciste mucho desde la última vez que te vi.-Dijo Sasha, llevando una de sus manos al cabello azabache de la chica y acariciándolo.

-No saben cuánta falta me han hecho.-Respondió ella, tomando su daga pero sin sacarla de la funda que colgaba de su cinturón.- A pesar de disfrutar de estar sola, a veces es... lo más aterrador que existe.

-Lo importante es que ahora estás con nosotros, y que fuiste fuerte al sobrevivir tanto tiempo por tu cuenta, te enseñamos bien.

Ambas soltaron una risa. Al comienzo de todo, Sasha y Tyresse enseñaron a Naya y a su hermano a cómo defenderse, utilizar armas, encontrar alimento y sobre todo a no rendirse jamás.

-¿Cómo encontraste a Rick y Carl?.-Preguntó Tyresse con curiosidad.

-Encontre a Carl caminando solo por un vecindario, tuve una corazonada, así que lo seguí, él entró a una casa y un caminante le quitó su bota, por lo que se la devolví. Al principio él me apuntó con su arma, pero le dije que no era mala, comimos una lata de pudin de chocolate de 3 kilos entre los dos...-Tras aquello hizo una pausa y suspiró.- Me llevó a donde estaba Rick, estaba demasiado débil, siempre dormido, pero le pidió que me aceptara con ellos. Después llegó Michonne y al final, casi al llegar a Terminus, encontramos a Daryl.

-Creyeron en ti como nosotros hemos creído en ti, como creímos en tu madre y en tu hermano. Lamento mucho que las cosas hayan sido así, ya no eres una niña.

-Ustedes han sido mi familia desde que todo esto empezó.-Dijo ella, muy conmovida por las palabras de sus compañeros, esbozando sus rosados labios en una sonrisa.

Cualquier lugar era mejor que estar cerca de esos monstruos otra vez, durante un breve descanso para beber agua, Naya se acercó a Carl, había estado un tiempo junto a Sasha y Tyrese, así que vio el momento adecuado para acercarse y conocer a su hermana.

-Estás feliz ¿No es así?-Preguntó ella, mirando con detenimiento a la bebé, quien tenía los mismos ojos azules que él y su padre, la pequeña tenía el cabello rubio y pudo llegar a notar la gran conexión que habían formado.

-Sí, es decir, pensaba que estaba muerta.-Respondió el de ojos azules, incorporando su mirada para dirigirla hacia Naya.

-Hola, Judith.-Se presentó la joven, colocando una de sus manos sobre la suave y fina cabellera dorada de la bebé, acariciándola con delicadeza. Su deber de ahora en adelante sería protegerla a toda costa, no dejaría que una bebé muriera, y menos si era la hermana del chico que le gustaba ... ¿Le gustaba? claro que sí, aunque se negaba a aceptar esos sentimientos, conforme iban sucediendo las cosas, sus sentimientos hacia el de sombrero de sheriff eran más intensos. Judith la miró con sus ojitos celestes y sonrió, llevando una mano hacia sus labios.

-Creo que le agradas.-Añadió Carl con una sonrisa.

-Se parece a ti, ¿Sabes? es como si mirara a una versión más pequeña de ti, solo que con el cabello rubio.

Rick comunicó minutos después que se asentarían en el bosque y partirían al amanecer, por lo que el grupo se instaló. Naya se sentó y recargó su espalda en el tronco de un árbol mirando a los demás conversando, se dio cuenta de que Glenn y Maggie eran pareja. Judith comenzó a llorar, por lo que Carl le dio de comer, sin embargo después de aquello el llanto no cesaba, lo que alertó al grupo. El chico logró calmarla, sin embargo era hora de la siesta, por lo que fue hacia Naya, quien se encontraba buscando un libro dentro de su mochila.

Entre el peligro y el amor (Carl Grimes) [EDITANDO]Where stories live. Discover now