¿Cuál es tu historia?

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—Eso era lo que quería escuchar de ti, buen trabajo. Iris —.Negan tenía una gran sonrisa triunfante en el rostro.—Bien, vayamos a darte una buena habitación.

Me quité la gorra de la capa, y lo seguí, tratando de actuar lo más fría que podía, caminó un poco hasta que llegamos a un pasillo con una puerta al fondo, éste avanzó y la abrió.  Había una habitación con una cama que lucía muy cómoda, un estéreo de música, un armario en donde podría esconderse una persona, una mesita de noche con una lámpara y un libro, y un escritorio. Tenía bastante espacio de sobra donde podía...bailar. La danza contemporánea también era una de mis aficiones en la infancia...y sería bueno retomarlo pero este no era un lugar en donde me hubiera gustado practicar...

—Esta habitación va a ser tuya por el resto de tus días, Iris. 

Pensé que sería mala idea decirle que no me llamara Iris, sólo la gente en la que confío podía llamarme así. Así que si pensaba llamarme así no podía negarme y decirle que me llame por mi primer nombre.

—Gracias, supongo—.Frozebite entró a la habitación y trepó la cama para recostarse y tratar de dormir ahí.

—Negan, ¿Me permites habla con mi hija un minuto?—. Agregó papá.

—Claro, claro...yo cerraré la puerta par que ese perro no haga un desastre.

—Lobo.—Le corregí.

—Lo que sea.

Papá me tomó con una de sus manos frías y me llevó a una habitación no tan lejos de la mía. Había un gran escritorio, con mapas pegados en la pared con lugares marcados, botellas vacías de cerveza regadas por el suelo, y una cama pequeña al rincón.

—¿Qué sucede, papá? —.Pregunté mirando toda la habitación...tan sólo verla me ponía triste. Espera...¿Le dije "papá"?.

—Siéntate.—Señaló una silla frente al gran escritorio.—Espera...¿Me llamaste "papá"?

—Sí...¿Qué hay de malo?.—Tomé una fotografía de la mesita de noche, era una foto de mamá y él cuando eran jóvenes...

Papá no dijo nada y se sentó en su escritorio, se veía que estaba muy mal.

 —¿Por qué lo hiciste?

—¿Hacer qué?.—Me senté frente a él.

—Unirte, con que vengas aquí ya es peligroso. ¿Sabes?

Puse los ojos en blanco.

—Papá, es para ayudar a los demás...no tengo ninguna mala intención hacia Alexandria, El Reino o Hilltop. Todo esto lo hice por el bien de todos, pero parece que nadie ha entendido mi decisión, salvo Rick...

—¿Sabes que puedes morir en medio de esto?

—Prefiero morir con un propósito a que morir de forma mediocre.

Quedamos en un silencio infinito, nos pasamos varios minutos sin hablar, hasta que tuve que preguntarle lo que siempre he querido:

—¿Por qué te fuiste cuando mamá más te necesitaba?.

 Papá se quedó perplejo al escuchar esa pregunta.

—Aiden no me dejaba salir de nuestra casa. Se la pasó todo el tiempo culpándome de la muerte de su madre.

—Pudiste haber escapado.—Suspiré y seguí observando la imagen.

—No, me tenía encarcelado...encerrado a en una habitación, sin salir. Al pasar un año, terminó compadeciéndose y me abrió la puerta, salimos en busca de un nuevo hogar no sin antes de ir a tu casa... entramos por la puerta delantera usando las llaves que aún tengo, entramos y no había nadie, absolutamente nadie, busqué en todas las habitaciones, hasta que fuimos al patio de atrás y vi la tumba de tu madre...en ese momento...—Papá comenzó a llorar.—En ese momento me sentí un completo idiota por haberlos dejado de esa forma, lo siento, Iris...lo siento...perdón por ser un mal padre, perdón por todo...

Entre el peligro y el amor (Carl Grimes) [EDITANDO]Where stories live. Discover now