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—¿Irás a Oxford? —la mujer parecía sorprendida, y probablemente no era extraño que lo estuviese, puesto que ella sentía que Louis estaba asumiendo cambios muy drásticos luego de haber tenido una perdida tan grande como la de un bebé, y cuando hace un par de días su alfa había vuelto a la guerra.

—si, creo que puedo hacerlo. —Jay parecía algo desconcertada.— ¿Tú no crees que pueda hacerlo?

—de eso no tengo dudas Louis... —le admitió y el mencionado sonrió— Pero me parece que estás tomando decisiones sin antes sanarte tú de lo que ha pasado.

—madre, yo estoy bien. —vaya mentira.

Nada estaba bien.

Literalmente luego de la partida de Harry a la guerra, Louis le escribió carta tras carta, y llevaba menos de una semana fuera de casa pero el rizado no había respondido ni una, es por eso que el omega no habia dejado de llorar noche tras noche. Se sentía destrozado pensando que probablemente el rizado había decidido dejarlo de forma definitiva.

Durante estos días planteó muchas ideas en su cabeza, se cuestionó por la muerte de su pequeño, pero hablo con el doctor a cargo y el le explicó varias hipótesis de lo que pudo haber ocurrido con su caso que lo llevaron a la calma, pero también llegó a cuestionarse sobre la relación que mantenía con el rizado, la cual era una montaña rusa de emociones, tenía muchas dudas en su mente y el único que podía ayudarlo estaba a kilómetros de distancia suyo.

Y cuando acabó pensando en Oxford como una solución se olvidar sus problemas entendió que era momento de comenzar a forjar un nuevo camino en su vida. Pensó que quizás el destino le estaba indicando el sendero que debía tomar, y ese era el de estudiar Literatura.

Ahora estaba seguro que este nuevo lugar le haría sentir bien, comenzaría a tomar nuevas y mejores decisiones, estaba completamente dispuesto a poder ser feliz y cumplir sus sueños.

—tu mirada dice otra cosa cariño... —Louis suspiró.

—necesito dar vuelta la página. —dijo rápidamente, no podía mentirle a su madre— No puedo seguir encerrado en casa sin saber que hacer con mi vida.

—¿Y que pensará tu alfa de todo esto? —Louis miró sus manos y suspiró. Luego caminó hasta el sofá y se sentó en el mientras que su madre le miraba de pie.

—si me ama, me apoyará. —dijo de pronto cuando Jay iba a comenzar a darle un sermón.

—¿Si no te apoya? —Louis suspiró nuevamente para luego ver cómo su madre se sentaba a su lado— ¿Romperán el lazo?

—no creo que eso pase... —admitió algo dubitativo— Sé que Harry me apoyará.

—¿Estás seguro? —Louis asintió mientras que su mente realmente se cuestionaba aquello.

No sabía si Harry lo apoyaría, no lo sabía. Y es que luego de todo lo que había pasado el rizado y él se habían alejado, habían comenzado a actuar de formas distintas. Eso a Louis le atemorizaba y le hacía cuestionarse las razones por las cuales había aceptado estar con Harry. Pero entonces se recordaba amándolo y todas las preguntas se iban al demonio.

Porque simplemente esa era la respuesta de todas sus dudas.

—yo lo decidí, no es una pregunta hacia usted. —dijo el ojiazul mientras intentaba tomar un poco de vino. Su madre y hermana estaban mirándolo algo asustadas. Su padre por otro lado estaba con el ceño fruncido y con una mirada molesta escuchando la barbaridad que su hijo había dicho.

—¿Acaso estás loco? —preguntó retóricamente Dean y Louis frunció el ceño— Yo no dejaré que eso suceda, ¿Qué crees que dirán después de nosotros?

Letras hasta ti. (L.s.) (a/b/o) {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora