12

3K 341 266
                                    

La tarde anterior el rizado le había entregado el octavo ramo, es por eso mismo que este estaba colgando cada uno de ellos en la pared de la sala, como dice la tradición. Pues según el cortejo, todo el mundo debía ser testigo de aquella etapa de la pareja, en donde los ramos debían ser colgados dado vuelta para esperar que se secasen y asi poder aromatizar la casa del Omega, dejando en evidencia el cortejo.

Louis evidentemente estaba tranquilo porque todo estaba saliendo bien, porque Dean no había querido opinar más acerca del alfa, y el Omega tampoco había vuelto a hablar con su padre luego de aquella discusión que habían tenido días atrás.  Y que según Louis había marcado un antes y un después en su relación con su padre.

—¿no está nervioso? —preguntó Fizzy mientras que el omega miraba los ramos colgados en la sala.— yo lo estaría.

—lo estoy sólo cuando veo sus ojos. —la muchacha sonrió y se sentó frente al piano para comenzar a tocar una melodía.

—creo... —guardo silencio al tocar un poco de música para luego mirar a su hermano— Creo que están enamorados.

—Eso es muy precipitado de pronunciar. —la beta negó, frunciendo su ceño para luego mirar nuevamente el piano.

—el amor... —sonrió y el Omega se acercó al piano a mirarle— El amor es algo que no tiene noción del tiempo, querido hermano. —tocó un poco y Louis suspiró— Usted con Harry desbordan algo de lo que muchas parejas no poseen, y eso es amor... Al menos yo lo noto.

—¿usted cree que él algún día pueda amarme? —su hermana sonrió dejando de tocar para luego mirarle.

—no poseo la autoridad de definir esa pregunta... —el omega asintió— pero deberías preguntarselo a él...

—no, ¿cómo cree? —se alejó nervioso para caminar por la sala evitando su mirada— Es una pregunta impertinente.

—tal vez lo sea, pero ¿desde cuando a usted le han importado las reglas? —el más bajo no dijo nada, sólo soltó una risita nerviosa. Pues sabía que era cierto.

Había llegado el día.

Eran tan sólo las seis de la tarde y Louis sabía que el rizado aparecería por la puerta principal con el último ramo de lavandas para finalizar el cortejo, y como de costumbre los padres del omega habían realizado un pequeño festín con personas del pueblo, para que se informarán del formalismo de la relación.

Prácticamente todo el pueblo se encontraba en la casa de los Tomlinson celebrando la finalización del cortejo. Y el omega no dejaba de pensar en el rizado, pues aún no aparecía por la puerta con su ramo entre sus manos, ni mucho menos con su hermosa sonrisa en los labios. Y Louis no estaba nervioso porque él no llegase, sino porque sabía que pasaría luego de esta celebración.

—debería tener una sonrisa en su rostro, hermano. —el omega miro a Eliot sonriéndole con una copa de plata en su mano.— Hoy tendrá un alfa.

—lo sé. —le miró sonriendo— Es sólo que me altera ver a tantas personas en casa.

—¿o es por la presencia de las gemelas Drum que están mirando ansiosas  si algo malo le ocurre? —el ojiazul negó viendo a las chicas que más odio le tenía en todo el pueblo.

Y en verdad no entendían porque ellas estaban allí, cuando todos saben que ellas eran unas víboras con Louis desde él día en que nacieron. Y es que ambas le habían hecho la estadía en la escuela a Louis lo bastante incómoda, pues ellas eran betas y siempre intentaron menos preciar al más bajo por ser Omega. Sin embargo, Louis nunca le tomó consideración.

Letras hasta ti. (L.s.) (a/b/o) {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora