Estoy bien, no te preocupes.

Te quiero.

“¿Ya estás llorando, marica?” Levanté la mirada para encontrarme con esos ojos marrones que también conocía. Ryan estiró la mano hacia mí para ayudarme a levantarme.

La acepté y me puse en pie. Ryan levantó las cejas al darse cuenta de mi expresión. Debía de tener un aspecto de mierda.

“¿Le has contado algo?” Preguntó cuando se fijó en mi mano, todavía apretando el teléfono con fuerza.

Negué. No podía. Aún no.

“Venga, te invito a una birra.” Dijo golpeándome la espalda a modo de ánimo. Asentí y nos dijimos hacia su coche.

_____:

La música de mi móvil comenzó a sonar. No eran mas de las 12. Me revolví entre las sábanas y me tapé la cabeza con la almohada con fuerza intentando sin éxito parar aquel horrible sonido. ¿Quién demonios llamaba a esta hora?

Alargué la mano, todavía bajo las sábanas, y respondí casi con un bostezo.

“¿Diga...?” Pronuncié cuando el cansancio me dejó.

“¡¿____?! ¡Necesito que vengas!” La música y el ruido casi hacia retumbar el teléfono. Ryan al otro lado hablaba con voz rápida y preocupada. ¿Qué mierda-

“¿Qué pasa, Ryan?” Me incorporé quitando todo el cansancio de mí. Si Ryan llamaba debía de ser importante.

“Verás…” Soltó una pequeña risa que casi no pude oír. “Justin está muy borracho, ¿vale? Tienes que llevarle a casa”

“Estas de coña…” Froté mi frente con un suspiro. Justin…

“No lo estoy” otra risa se escapó de su boca. Estaba borracho también. Genial. “Nena, ahora estoy contigo. Tengo que hablar con mi amiga.”

¿Eso iba para mí? Una voz que no reconocí me respondió. Seguramente Ryan ya tenía compañía esta noche. Sea lo que fuere que le dijera eso hizo que Ryan riera todavía con mas fuerza y gritara un fuerte: ¡viva!

“¿Dónde estáis, Ryan?” Pregunté mientras salía de la cama y me cambiaba de ropa. Tenía que ponerme algo para poder entrar allí. No creo que un pijama fuera suficiente, además de que cerrarían el paso después de reírse de mí.

“En Judebox. ¿Sabes donde está?” Gritó para que pudiera oírle cuando la música comenzó a sonar mas fuerte en el club.

“Sí, ahora mismo voy.”

Colgué la llamada pero no sin antes oír como Ryan decía a pleno pulmón: “¡____, se une a la fiesta amigos!” Seguido de un montón de risas.

Iba a matar a Ryan por llevar a Justin allí.

Apagué el motor del coche. Había tenido que cogerle el coche a mi madre ya que yo todavía no podía comprarme uno. Mas me valía que al coche no le pasara nada si no quería permanecer en cuarentena todo lo que me quedaba de vida.

Salí del coche y eché un vistazo a mi ropa. Me había puesto unos vaqueros negros ajustados con unos buenos tacones negros altos. Además de la camiseta granate sin una manga que había comprado hace poco. Mi chaqueta negra daba el toque final a todo el conjunto. Supongo que con esto valdría para dejarme entrar. Me había pintado un poco mas de lo normal para parecer mas mayor, así que por el bien de Justin eso debía de bastar.

Esclavos de la noche.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora