"Que no te intimide, siempre se pone celosa cuando vengo con alguien."

Ese comentario dolió. Yo no había sido la primera en venir con él aquí. Suspiré.

"Ahora entiendo por que frecuentas tanto este sitio" dije echando una mirada por donde Lisa había ido. Él solo rio.

"Solo lo hemos hecho unas d-" le corté.

"No tengo interes en saber cuantas veces la has metido ahí dentro." Negué con la cabeza.

"No estes celosa..." las comisuras de su boca se levantaban.

Reí sin ganas. "¿De esa? Ni soñando."

"Yo no apostaría..." Se recortó en el asiento mirándome. "De todas formas te he traido para compensarte por todo y empezar de nuevo." Estiró una mano hacía mi y yo le miré confusa. "Hola, soy Justin." Sonrió.

Acerqué mi mano a la suya y la esteché. "Hola, yo ___"

"Bueno, ahora que nos conocemos oficialmente, vamos a comer." Reí porque en ese justo momento Lisa se acercó a nosotros y depositó nuestros pedidos. Justin no la miró, sus ojos no se separaban de mi. Lamí mis labios y pude notar el sonrojo llegar a mí.

Durante la comida hablamos de cualquier cosa. La verdad es que cuando se comportaba así no era un capullo. Era simpático y se interesaba por lo que le contaba. Me enteré de que venía de Stratford, de un pueblo de Canadá y sonreí por dentro cuando pensé en la cara de Eric al decirle esto. Sus padres se divorciaron cuando era pequeño, tenia dos hermanos por parte de padre y hablamos un poco de sus peleas. Por lo visto el boxeo era solo un escape para él, para conseguir dinero y así pagarse sus estudios y el tratamiento que tenía su abuelo. Por lo visto estaba bastante enfermo en el Alberta's Largest Hospital de Ontario. Entonces me preguntó por mí y le conté algunas cosas. Hablé sobre mi hermano, sobre mi madre, mis amigos y lo que quería hacer en la universidad. Nunca de mi padre. 

"¿Y tú padre a que se dedica?" Preguntó curioso.

"Bueno... Él, él era mecánico, sí. Hacia motores de motos" susurré como pude. "Tuvo un accidente en el trabajo y él... fue hace unos 3 años, pero aún me cuesta hablar de esto."

"Lo siento mucho, debe ser horrible perder a alguien así." Su mirada no fue de compasión. No era como la de las personas que sabían esto y me daban el pésame. Él no me veía como una niña desecha, rota. Agradecí eso, nunca nadie lo había hecho por mí.

"Sí, pero intento no pensar en él."

"Creo que deberías. Es decir, recordarle no es malo, lo que no tienes que hacer es ponerte triste, llorar. Pero hay que recordarle para saber que alguien cuida de tí y seguro que a él le gustaría que le recordaras. Pero feliz." Sonreí como pude y asentí.

"Gracias." 

Su telefono sonó entonces. Lo abrió y su cara cambió. Estaba serio, nunca le había visto así, concentrado.

"Si, soy yo. ¿Media hora? Luke... Si, vale, pero no... No me digas que hacer, en seguida voy. Yo tambien tengo una vida fuera de esto... Lo que tú digas. Que sí joder, adios" y colgó. Su mandíbula se tensó.

"Puedo admitir que era una conversación extraña." Reí intentando calmar el ambiente.

No funcionó. Idiota.

Justin se levantó de la mesa y sacó el dinero pegándolo de un golpe a la mesa. Me sobresalté y le miré. Hizo un gesto con la cabeza y le seguí a fuera. Esto empezaba a darme miedo.

"¿Puedes decirme que demonios pasa?" pregunté.

Siguió sin decir nada. Solo se ajustó su chaqueta y se subió a la moto.

Esclavos de la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora