29. Suikotsu y Rin

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CAPITULO 29:
«SUIKOTSU Y RIN»

«Suikotsu POV»

«Hemos hecho todo lo posible Kikyo, pero lamentablemente el cuerpo de tu hermana ya estaba en su etapa final.» «Hemos puesto todo nuestro empeño Kikyo, estuvimos los últimos 45 minutos intentando reanimarla, pero nos fue imposible mantenerla con vida.»

He dicho cientos de veces los nefastos resultados a las familias de pacientes que me ha tocado atender, lo que nos enseñan es que primero uno tiene que solidarizarse con el sentimiento de pésame hacia el familiar, lo segundo es hacerles ver que hemos hecho todo lo posible por salvar al paciente, lo tercero es dejarle claro que ha fallecido, pero cuando es alguien que durante el proceso nos hemos llevado demasiado bien, inclusive cuesta más.

Al llegar a la sala de espera veo que Kikyo se encuentra con Inuyasha, jamás la he visto con ojos tan llorosos e hinchados, ni siquiera en las peores crisis de Kaede, es obvio que ella presiente lo que estoy por decirle, porque al momento en que me ve aparecer empieza a llorar echándose a los brazos de Inuyasha que está con muletas.

-¡¡¡No lo digas por favor!!! -me grita-. ¡No lo digas Suikotsu! -me dice llorando de una manera inconsolable.

-Lo siento Kikyo, hicimos todo lo posible pero...

-Ayer que me lo dijiste pero ¡no me dijiste que sucedería tan rápido! ¡¿Por qué?! -me reclama aferrándose a la solapa de mi gabacha blanca.

-Lo siento, pero es algo que no se puede predecir tan fácilmente, la enfermedad de Kaede estaba demasiado avanzada, pero a pesar de nuestros esfuerzos no pudimos mantenerla más tiempo con vida.

-Kikyo -me interrumpe Inuyasha abrazándola con dificultad intentando que sus manos suelten la solapa-, debes entender, Kaede ya debe de estar feliz en otro lado, corriendo, riendo y jugando como ella siempre quería estar con otros niños de su edad -su voz se quiebra pero es evidente que trata de animarla aunque es probable que él mismo esté bastante deprimido, después de todo había entablado una bonita amistad con la chiquilla desde hacía ya un tiempo.

-Pero es injusto -nos dice a los dos-. Kaede... No había vivido nada -dice llorando-. Todo esto es mi culpa.

-Pero ¡¿qué dices Kikyo?! Gracias a ti, Kaede tuvo una oportunidad, además la leucemia no es algo que tenga ver con una culpa, todo es genético especialmente cuando se trata de un niño -le digo un poco molesto porque ella no ha hecho nada malo y eso le tiene que quedar claro-, y entiende, si tú no lo hubieras dado esta oportunidad ella probablemente hubiera sufrido más, ya que no hubiera tenido las medicinas y toda la atención que le brindamos.

-Tal vez -acepta suspirando-, tienes razón -dice secándose las lágrimas y respirando profundamente, y nuevamente vuelve a tomar aquella actitud tan fría y ecuánime por lo que se le caracteriza y por la cual la han criticado tanto-. ¿La puedo ver por última vez? -pregunta con orgullo y cierta dignidad.

-Déjame ver -le digo sorprendido ante su actitud-. Bankotsu y Kagome la estaban preparando, y es mejor que no la veas así. Ten fortaleza Kikyo, Kaede lo hubiese querido así.

Ella asiente sin decir nada y yo le doy una pequeña palmada en el hombro. Junto a Inuyasha vuelven a sentarse y yo me retiro a la sala en donde atendimos a Kaede. Al entrar veo que mi hermano y Kagome casi terminan. Veo el inmenso reloj que encuentro arriba de la puerta de la entrada y me doy cuenta que son 5 minutos pasadas las 6 de la mañana.

-¿Ya están listos? -Ban solo asiente.

-Casi, solamente un par de minutos más y terminamos -responde Kagome.

Solo sé que te amoWhere stories live. Discover now