7. ¿Qué es lo que siento en mi corazón?

572 53 21
                                    

CAPÍTULO 7
«¿QUÉ ES LO QUE SIENTO EN MI CORAZÓN?»

Frente a mí veo a Sesshoumaru completamente desnudo, inclusive con algunas gotas de agua recorriéndole su escultural y bien formado cuerpo, obviamente acaba de salir de la ducha, porque inclusive su olor es más embriagante que el alcohol ingerido.

Siento como mi cuerpo entero comienza a arder, mi corazón se acelera a mil revoluciones por segundo queriéndose salir de mi pecho y mi respiración se acelera como si estuviese a punto de hiperventilar, mi conciencia me dicta que tengo que girar el rostro para no seguir observando aquella escena gloriosa que deleita cada una de mis pupilas, pero mi cerebro pareciera que está completamente fundido.

Algo caliente empieza a recorrer mi cuerpo entero alojándose especialmente en mi bajo vientre ¿Cómo puede existir algo tan hermoso? Pienso sin pudor y al mismo tiempo reacciono en lo que estoy pensando ¿Pero que me está pasando? Comienzo a preguntarme.

Sé que no se ha dado cuenta de mi presencia, pero al momento en que da un movimiento brusco me da la impresión que finalmente me ha notado observándolo, contengo la respiración retirándome silenciosamente caminando hacia atrás, cuando llego al pasillo en donde mi visión se ha cortado, salgo corriendo bajando las escaleras huyendo lo antes posibles de allí.

No me queda de otra que dejarle la comida sobre la mesa del comedor y dejarle una nota: «Sesshoumaru, aquí te dejo algo para que te alimentes. Recuerda tienes que...»

—¿Qué haces pecas?

Al escuchar su voz detrás de mí comienzo a temblar ¿Cómo podría verlo a la cara si solo puedo imaginármelo completamente desnudo?

—N-nada —respondo con voz nerviosa y sé que debo de controlarme—, es... Bueno... Solo... Solo te dejaba algo de comer —le aseguro sin poderme dar la vuelta arreglando la comida una y otra vez a pesar que no hago nada realmente, pero si lo veo a sus ojos podría literalmente morir de vergüenza.

—Entonces, si tú lo has hecho supongo que debe de estar rico —siento que me sonrojo de pies a cabeza ¿Desde cuándo él hace halagos? Sesshoumaru no es así, probablemente continúe alcoholizado—. ¿Sabes? He decidido que lo mejor sería ir al hospital, la verdad es que si no salgo de la casa creo que me volveré loco o puedo cometer una locura, en cambio en el hospital tendré ocupada mi mente. Así que si quieres te llevo.

—P-pero —¡Dios! ¿Cómo podría ir sola con él en un pequeño espacio como el de un auto? Pero al darme vuelta lo veo completamente vestido con un vaquero celeste y una camiseta morada, no puedo negar que siento un poco de decepción al verlo así y vuelvo a enfocarme en el punto—. Sesshoumaru, tú no puedes manejar en esas condiciones, de hecho dudo que puedas atender pacientes en esas condiciones menos operar en una emergencia.

—Ya lo sé —reclama frustrado restregándose los ojos con una de sus manos—, por eso necesito que hagas tres cosas por mí: primero que me cubras con mi padre, si te pregunta dile que cuando tú viniste estaba dormido y no le digas nada de lo de Kagura —intento escuchar atentamente asintiendo a sus peticiones, pero de cuando en vez desvío la mirada hacia otro lado tratando de no imaginarlo como lo vi anteriormente—; segundo tú serás quien manejarás, ya que como bien has dicho no puedo hacerlo en estas condiciones —asegura entregándome las llaves de su BMW— y la tercera y probablemente la más importante, cuando lleguemos al hospital no le digas a nadie que estoy allí yo me iré directo a mi oficina, después necesito que llegues con lo que está en este papel —me lo entrega y leo que hay una serie de medicinas y un suero.

—Sesshoumaru, esto es para...

—Sí —responde rápidamente—, para bajarme un poco lo alcoholizado que estoy, además para mantenerme despierto y un poco alerta.

Solo sé que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora