1. El comienzo

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CAPÍTULO 1
«EL COMIENZO»

—D-doctora, ¿Podría atenderme por favor? —es el ruego que escucho todos los días de los pacientes en el hospital.

Para ser completamente honesta, detesto que me llamen «doctora» porque realmente no lo soy, todavía falta graduarme y que me entreguen mi título, pero el decirle eso a los pacientes es quitarle «la fe» que nos tienen, especialmente porque hay muchos que no nos tienen confianza por ser jóvenes y si le agrego alguna aclaración como: «no soy doctora, soy estudiante» es peor.

En ocasiones pienso que son detalles demasiado triviales como para enojarme o molestarme, especialmente cuando vemos tantos casos complicados en el hospital. El día pasa como cualquier otro, normal como siempre, las mismas enfermedades, los mismos problemas hospitalarios, ninguna emergencia grave, pero alrededor de las 5 de la tarde a la hora de mi salida cuando entro a la sala en donde están los casilleros, cierta persona llega moviendo mi mundo.

—Hola mi querida doctora —me susurra alguien por la espalda echándome el brazo por los hombros.

Un precioso, hermoso y bello chico de caballera larga plateada un poco desarreglada, de ojos amarillos y de tez blanca, que lleva una bata blanca igual que la mía y un estetoscopio color azul en sus hombros me llama la atención con su voz melodiosa y encantadora.

—Hola Inuyasha ¿Cómo estás? ¿Ya listo para tu turno? —respondo como la buena amiga que soy, intentando retener todos los sentimientos que se arremolinan en mi interior, disimulando con una simple sonrisa.

—Mi querida Kagome, mi querida y ¡Muy querida Kagome! —dice endulzando más su voz haciéndome sentir cosquillas en el estómago como si miles de mariposas estuviesen revoloteando en él, aunque sé perfectamente que es lo quiere y nada tiene que ver con los sentimientos.

—Ya sé —intento responderle con fastidio quitándome el estetoscopios para ponerlo en mi casillero—, necesitas que te cubra tu turno porque vas a tocar ahora en la noche ¿No es así?

—¡Eres casi una adivina y una diosa como amiga! —dice de lo más contento sonriéndome y mirándome con cariño, claro, uno de amigos—. Lo que sucede es que a las 8 de la noche Kikyo nos ha conseguido una cita con un productor, dice que si tocamos bien nos puede conseguir el patrocinio para grabarnos un disco, ¡Esperamos que así sea! Así cuando ya tenga seguro esto, podré decirle a mi padre que la medicina no es lo mío, además ya tiene a mi hermano el genio ¿No?

¿Cómo podría ignorar ese nombre? Kikyo es la conquista más duradera de Inuyasha, una completa odiosa y no lo digo por celos, inclusive ni los mismos miembros del grupo la soportan, pero todos lo hacemos por la amistad y el cariño que nos une a Inuyasha.

Según ella es publicista quien se ha convertido en la manager del grupo, aunque realmente es una vendedora de bienes inmuebles, una mujer que lo único que le interesa es tener atado a Inuyasha por el dinero de su familia, dice que lo quiere aunque todos tenemos serias dudas sobre sus sentimientos. Los dos han sido muy infieles el uno con el otro, pero es algo en lo que no meto, por lo menos no se lo digo aunque pienso que él a pesar de todo, se merece algo mejor.

No es la primera vez que Inuyasha me pide que le cubra un turno, de hecho han sido tantas ocasiones que ni siquiera las llevo contadas, inclusive a veces me lo ha pedido solamente para estar con Kikyo en las noches ¡En fin! Esto es lo que hacen los amigos ¿No? Además a él, nunca le ha atraído la medicina solamente ingresó a la Universidad porque su padre prácticamente lo obligó, mi intención siempre ha sido la de ayudar a los pacientes que vienen buscando un auxilio y que Inuyasha los atienda también es un peligro para ellos, así que, como siempre, acepto.

Solo sé que te amoWhere stories live. Discover now