2. La separación

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CAPÍTULO 2
«LA SEPARACIÓN»


—¡Kagome!

Aquella voz masculina tan familiar hace que los pelos se me ericen por completo, a lo que más he temido durante toda la madrugada finalmente tendré que enfrentarlo. Me levanto de un solo golpe ignorando las miradas de los amigos de Inuyasha.

—Buenas noches Dr. Inu —saludo al padre de Inuyasha, que está visiblemente molesto y es obvio porqué, nunca ha sido fanático de la idea que su hijo menor sea un «callejero desocupado» integrante de una banda sin porvenir, mucho menos que yo sea la que le proporcione el tiempo para que pueda conseguirlo—. Nos vemos chicos, luego les informaré del estado de Inu —me despido de ellos dejándolos completamente mudos ante la presencia del médico más importante de todo el hospital.

—¡Kagome! ¿Cómo puede ser posible que esto haya sucedido? ¿En dónde se encuentra Inuyasha? Dime, por favor —estoy a punto de responderle pero me toma de la mano arrastrándome al momento en que comienza a caminar—. Es más, acompáñame. Preséntame su historia, necesito saber cómo se encuentra mi hijo.

No sé exactamente cuántos años tiene el Dr. Inu, pero imagino que debe rondar entre los 45 y 50 años, aunque al verlo no pareciera tener más de 40. Es bastante alto, quizás 1.85 o 1.90 mts, su tez es blanca como la de Inuyasha y su cabello del mismo color: plateado el cual siempre lleva en una coleta alta, sus ojos amarillos y ¿Por qué no decirlo también? Sumamente guapo y con un cuerpo que pareciera ser de un adolescente.

Se ve bastante preocupado, es obvio que debería de estarlo, es su hijo menor el que está en sala; según lo que Eri me ha comentado no estaba reaccionando a los medicamentos, su corazón no estaba bombeando la suficiente sangre y el cerebro poco a poco se iba quedando sin oxígeno, su parte derecha del cuerpo especialmente el brazo y la cara estaban sumamente quemados y golpeados y además tenía una fractura en su pierna izquierda, realmente se encuentra muy mal, y es justo lo que le voy reportando al Dr. Inu mientras nos dirigimos al lugar a donde lo están atendiendo.

Al entrar en la sala de traumas, vemos que hay 2 médicos tratantes, 2 residentes y 3 enfermeras, todos haciendo lo mismo «salvarle la vida», parecían sumamente alterados ante la reacción que les estaba brindando el cuerpo Inuyasha, no sabían que hacer.

Me entran ganas de llorar, porque da la impresión que están haciendo algo tan imposible como salvarle la vida ¿Será posible que Inuyasha falleciera esta madrugada y en esa mesa de cirugías? Veo que al Dr. Inu se le refleja un par de lágrimas en sus ojos, la impotencia, el deseo de salvarlo son evidentes, pero está atado de manos igual que yo, los mejores médicos lo estaban atendiendo y parecía como si no pudieran hacer nada.

—Doctor —grita una enfermera—, el paciente no responde, lo estamos perdiendo —el monitor cardíaco empieza a sonar dando la alerta del bajo ritmo de su corazón.

Vemos como otro médico entra a la sala, uno muy alto y de cuerpo atlético. Ya va preparado, con sus guantes y tapaboca. Agarra uno de los escalpelos y le pide a una de las enfermeras que desinfecte el pecho de Inuyasha, ella lo hace sin decir nada y todos nos quedamos prácticamente conteniendo el aire en nuestros pechos. Después de hacerle una incisión, le abre el pecho para llegar al corazón y así darle masaje directamente, pero al abrirlo se da cuenta que una de las venas está desgarrada lo cual es básicamente la causa por la cual Inuyasha no dejara de sangrar.

—4 unidades de sangre más —escuchamos como grita el Dr. Haku dando la orden para que no se continúe descompensando y mantenerlo con vida.

Aquel médico llega con mucho cuidado a la vena comenzándole a hacer algunas puntadas, pequeñas y bastantes delicadas para no desgarrarlo más, algo tan milagroso y maravilloso que todos en la sala —y en la de observación en donde nos encontramos con el Dr. Inu viendo a través de un grueso vidrio lo que pasa— nos maravillamos al verlo trabajar, guardamos un silencio impecable, puedo sentir como varios piensan que no lo va a lograr, que es algo imposible y sobretodo riesgoso lo que está haciendo, pero es la única oportunidad que le queda a Inuyasha.

Solo sé que te amoWhere stories live. Discover now