27. Verdad, hablando con el corazón

399 36 13
                                    

CAPITULO 27:
«VERDAD, HABLANDO CON EL CORAZÓN»

Al momento en que bajo las escaleras con una toalla en mi cabeza y otra alrededor de mi cuello veo como Sesshoumaru va entrando a la casa. Voy tomando un jugo de naranja para que ello pueda ayudarme a bajar el poco alcohol que he ingerido, pero al verlo me acerco a la entrada en donde él está empapado.

Sin decir nada agarro la toalla que llevo en mi cuello y la paso por su cabeza comenzándolo a secar, él tampoco dice nada. El ambiente se siente un poco tenso como si ninguno de los dos estuviese dispuesto a dar el primero paso esperando a que el otro lo haga, mi corazón late como loco y ruego porque no se salga de mi pecho, Sesshoumaru me toma las manos haciendo que mi movimiento cese por completo.

—Basta Kagome —me dice con voz ronca y seria—. Necesitamos hablar ¿A dónde lo haremos?

—En donde quieras —respondo con nerviosismo pero a la vez con decisión levantando mi cabeza—. Tú decide.

—Mi habitación entonces —yo simplemente asiento—. Llega en 5 minutos, me quitaré la ropa mojada —vuelvo a asentir y se retira llevando mi toalla en su cabeza.

Llevo dos chocolates calientes en las manos, estoy segura que a ambos nos ayudará, especialmente a mí. Al entrar a su habitación lo veo vestido más cómodo, con un pantalón de dormir y una camiseta blanca que le marca su bien trabajado cuerpo.

Yo me siento en su cama, él lo hace en uno de los sillones que está frente a mí. Mi corazón está latiendo como loco y mi cuerpo temblando como una hoja.

—¿Y bien? ¿Estás dispuesta a hacerlo? ¿A que hablemos con la verdad?

—Sí —respondo decidida—. ¿Quién empieza? ¿Tú o yo?

—Empieza tú. Supongo que tendrás algunas preguntas ¿no?

—Sí. ¿Quién es esa chica Sesshoumaru? ¿Qué sientes por ella?

—Ella es una amiga de la infancia, se llama Rin, ella y yo crecimos y estudiamos juntos, además Rin —él se detiene quizás buscando las mejores palabras para decírmelo—, siempre estuvo enamorada de mí, de hecho cuando teníamos 15 años empezamos a ser novios, claro a escondidas de nuestros padres ya que su padre y mi madre estaban en contra que nosotros dos nos gustáramos o que empezaremos una relación y como comprenderás, como cualquier adolescente mientras más te lo prohíben más te llama la atención.

»Mi excusa fue que yo no le veía nada malo, después de todo no era un noviazgo muy serio, a penas teníamos 15 años, no era que estaba pensando en casarme con ella; pero Rin creo que pensaba de manera diferente y quería una relación más seria —hace una pequeña pausa suspirando—. Ella siempre ha sido muy expresiva en cuanto a sus sentimientos, de hecho ya casi llevábamos un año de novios cuando decidimos que podíamos pasar a otro nivel, obviamente cada uno tenía sus razones ella lo hacía porque me amaba, porque quería estar siempre conmigo, yo... Bueno... —él se sonroja un poco antes de continuar bajando la cabeza apoyando sus antebrazos en sus rodillas para meterla entre ellas— simplemente era un chico, me interesaba acostarme con ella nada más; lamentablemente su padre nos encontró... en la cama se podría decir.

—¿Estaban teniendo —mi estómago se hace un nudo antes de terminar la pregunta—... relaciones? —pregunto con un poco de sorpresa y cierto rubor en mi cara.

—No, no habíamos llegado a ese extremo, pero si él hubiese llegado unos cinco minutos después estoy seguro que sí nos hubiera sorprendido, pero aun así, encontró a su hija en mis brazos utilizando nada más que su ropa interior, obviamente se puso furioso, se reunieron con mis padres y la madre de ella también —dice con una sonrisa de lago.

Solo sé que te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora