Capítulo 38: Cena con Madge

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Aprieto a Madge en mis brazos, estrechándola más junto a mí, acariciando una de sus piernas que ella ha acomodado en mi cadera. La beso con todas mis ganas y la voy soltando de a poco cuando ya me quedo sin aire en los pulmones. 

- Sé que este lugar no es digno de ti, princesa... pero Anderson dijo que iba a cerrar el laboratorio y me hizo salir -le explico.

- No importa, Gale... tenía ganas de estar contigo... aunque sea en el cuarto de limpieza -se ríe Madge.

Su risa cristalina me hace reír también. Nos abrazamos y besamos varias veces más, saboreando cada beso; hasta que le propongo que salga ella primero y yo algo después, por si hay alguien mirando en el pasillo, aunque ya sonó el timbre de salida, con lo que todos los estudiantes salen disparados de su sala. Al menos los de mi grado, en especial los del pueblo, no hallan hora de terminar la escuela de una vez, ya que ellos no irán a trabajar a las minas. Madge hace una mueca pero abre la puerta y asoma la cabeza.

- No hay moros en la costa -señala.

- Perfecto. Pero por si acaso, mejor ceñirnos al plan. Cuando te escuche llegar al primer piso te sigo -le indico.

- ¿Cómo vas a escucharme cuando llegue abajo? -pregunta incrédula-. Son dos pisos...

- Tengo oídos de cazador -le explico y luego agrego-: Además, eres ruidosa, princesa. Te escucharía incluso a diez kilómetros -le espeto tomando su barbilla.

- Oh, vaya... eres muy sutil para decir las cosas -replica con mohín de enfado.

-  ¿Qué...! ¡Es verdad, alteza, aunque no quieras admitirlo! Eres torpe y ruidosa.

Por respuesta, Madge me da con la puerta en la cara cuando va saliendo del cuarto, tras fulminarme con la mirada. Cuento diez segundos y entreabro la puerta apenas una pizca. Siento sus pasos desde aquí. Cuando llega abajo yo empiezo a descender y llego a la entrada, entonces la oigo hablar con otra chica afuera de la escuela, más bien discuten, identifico la voz de Misty Hoppie, así que salgo y me mantengo vigilando oculto tras un pilar. No pretendo cotillear pero es imposible no escucharlas hablar de mí y de Pester, somos el motivo de su acalorada discusión, así que me quedo alerta. No quiero que Misty le haga otra de sus jugarretas a Madge.


- ¿Estás contenta, Undersee, ahora que me arruinaste la tarde con Hester? -pregunta Misty con rabia.- Lo dejaste fuera de combate justo cuando él iba a ir a mi casa después de clases.

- ¡Ay, qué lástima por ti, Misty! Pero se lo tenía merecido por lo que hizo y lo que dijo -espeta Madge.

- ¡Él no te hizo nada! Como es tan educado, pensaba darte una segunda oportunidad de salir con él... aunque no entiendo por qué insiste en salir contigo, supongo que es sólo por amabilidad, porque tú no te mereces a Hester.

- ¿Educado? Trató de muertos de hambre a mi amiga Katniss, a Prim y a Gale... 

- ¿Y eso qué? -Misty se encoge de hombros, como si no tuviera importancia.- No te vas a ofender por eso. Es cierto. Son unos muertos de hambre. Gale y tus amigas mendiga-teselas, las Everdeen.

Veo que Madge aprieta los puños y entrecierra los ojos, si no la conociera, diría que está a punto de golpear a Misty. Sin embargo, no lo hace, exhala el aire como intentando no ofuscarse más. Entonces la mira con cara de hastío.


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Gale y Madge: Fresas en el BosqueWhere stories live. Discover now