Capítulo 28: Flores para Candance

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Otro día más sin ella. Bueno, sin ellas. Primero, Candance, mi chica del violín, muerta e inalcanzable. Ahora, Katniss, la chica que me ha hecho volver a ilusionarme, está jugandóse el pellejo en los Juegos del Hambre. Lejos y fingiendo un romance con un chico casi desconocido. E igual de inalcanzable.

A estas alturas, tengo muy pocas dudas que ambos lograrán ganar, pese a que Thresh y Cato son rivales de cuidado. No creo que Thresh tenga ganas de matarlos, pero sí Cato, que tiene a Catnip entre ceja y ceja desde el primer día de los Juegos. No le perdona que lo haya superado en puntaje, dejarlo como tonto cayendo del árbol, lanzarle rastrevíspulas ni menos volar las provisiones. Imagino que Cato también está furioso con Peeta por dejarla escapar y aliarse con ella ahora. Vuelvo a pensar en Thresh, le estaré eternamente agradecido y en deuda por perdonarle la vida a Katniss. Pudo haberla matado igual que a Clove. Un par de golpes en el cráneo y listo. Pero la dejó ir, por Rue. Pagó su deuda personal con Catnip por cuidar de la niña y vengar su muerte como él lo habría hecho de haberla encontrado a tiempo. Peeta no lo entendió cuando ella le explicó lo del pan y por qué Thresh la dejó ir. Yo sí. Katniss y yo somos calcados en ese sentido, no nos gusta deber, no nos gusta provocar lástima, que nos regalen cosas porque nos ven necesitados. Te sientes comprometido y obligado, por moral, a devolver favores que no pediste y sabes que no siempre podrás hacerlo. Por eso me disgustaba que Madge nos regalara bollos de queso o galletas a las Everdeen.

Catnip y Peeta van a ganar, estoy casi seguro. Al menos, eso le dije anoche a Madge para darle ánimos. Anoche al ver la repetición, se puso muy mal de ver a Peeta Mellark cuidando de Katniss cuando despertó tras horas desmayada sin conocimiento. Por un momento, temí que ella muriera si seguía perdiendo sangre, pero luego recordé que lo que veíamos era un resumen de lo que había pasado en el día y si no estaban mostrando las caras de los tributos en el cielo, pues nadie había muerto. Entonces me concentré en consolar a Madge que lloraba y suspiraba, cuando Katniss y Peeta se abrazaron, hundió la cara en las manos apenada. Después ella tocó al piano, le pedí que tocara "My Heart Will Go On", en memoria de Candance. Hoy hace justo un año más de su muerte. Cuatro años sin mi chica, me pregunto si de estar viva, ¿seguiríamos todavía juntos? ¿nos habríamos casado al terminar este año la escuela, como nos lo prometimos?

Voy muy temprano al bosque por las presas en las trampas, cuando he despellajado doce conejos (nueve en las trampas, tres que cacé con el arco) y desplumado dos pavos para Cray y Darius, me levanto y me dirijo hacia un claro donde sé que hay flores muy bonitas. Las que a Candance le gustaban tanto. Con tantas presas, podría comprar flores como rosas o liliums, flores finas que se venden un puesto en la plaza... pero sé que a Candance le gustaban más estas del bosque. Blancas, amarillas, anaranjadas y otras color rosa . Cuando tengo un ramo mediano considero que es suficiente y las ato por los tallos, emprendiendo el camino de regreso al distrito, topándome con los primeros mineros que entran al turno de las seis de la mañana. Dejo el ramo en mi casa, no quiero que me vean en el Quemador con las flores y hagan preguntas impertinentes (o que Thom y Bristel me hagan bromas al respecto). Vendo los conejos y vuelvo trotando a buscarlas. Llevo el ramo con cuidado y me voy caminando sin prisa hacia el cementerio, está en una explanada junto a una colina entre la Veta y el pueblo. Abre en unas horas más, pero no voy a esperar, debo aprovechar al máximo estos días libres sin clases. Dejo el ramo encajado en la reja, me trepo y bajo recuperando las flores, voy a trote ligero hacia el sector donde está enterrada Candance. Su foto sigue ahí, en el portarretrato sobre la lápida de mármol, ella sigue sonriéndome atrapada en esa imagen plasmada en papel, congelada para siempre en sus frescos casi quince años.

- Hola Candance... -Cuando pronuncio su nombre siento otra vez ese dolor profundo en el pecho.- Te extraño mucho... te traje estas flores del bosque, ésas que a ti te gustan tanto. No había azules ni celestes como tus ojos, ya no es la mejor temporada, pero creo que éstas también están bonitas -le hablo depositando el ramo sobre su tumba.

Gale y Madge: Fresas en el BosqueHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin