Capítulo 30: Ángel

Start from the beginning
                                    


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Fue un día en el bosque, Catnip y yo estábamos cazando cuando de súbito todos los pájaros se quedaron callados, un sinsajo dio un tono de advertencia y entonces vimos el aerodeslizador en el cielo. Salió de la nada. Un par de chicos corrían a todo lo que podían por el bosque, parecían habitantes del Capitolio pero era claro que huían por sus rostros desesperados y sus ropas deshilachadas y sucias. Katniss y yo nos refugiamos bajo una saliente rocosa. Ellos nos miraron con cara de angustia, pero no hubo tiempo de actuar: lanzaron una red que envolvió a la chica pelirroja y al muchacho lo atravesaron con una lanza. Murió de inmediato mientras lo elevaban junto con ella que gritaba horrorizada. Abracé a Catnip con un gesto protector, rogando que no nos vieran a nosotros y nos hicieran lo mismo, éramos cazadores ilegales. Pero estaba impactado y asustado también. Esos chicos podríamos haber sido Catnip y yo... nuestras familias nunca se hubieran enterado qué ocurrió con nosotros. Imagino que a la chica la torturaron para interrogarla, tal vez cometió alguna traición al gobierno o tenía cierta información valiosa, aunque el sólo hecho de desobedecer la ley traspasando los límites de un distrito conlleva latigazos o pena de muerte, ahorcado o fusilado por un pelotón en la plaza. Tal vez ejecutaron a la chica también. ¿Por qué y de qué huían?, me vuelvo a preguntar.


- ¿Soy muy impertinente si te pregunto de qué murió tu chica? -La voz de Madge me saca del recuerdo.- Si no quieres hablar entiendo... no pretendo chismear, sólo curiosidad.

- Se ahogó... murió ahogada -digo con un nudo en la garganta-. No estaba con ella, no pude hacer nada. Mi amigo Dwayne trató de ayudarla pero él se ahogó primero que ella, ninguno de los dos sabía nadar.

- ¡Oh, por Dios, lo siento tanto, Gale! No sabía que también murió tu amigo...

Asiento con el corazón apretado, entonces la voz de Posy nos interrumpe llamándome para que me apure, quiere llegar pronto a casa para jugar con las muñecas y mostrárselas a mamá, junto con el ramo de flores que ha cortado para ella. Nos despedimos de Madge en una esquina y la observo regresar a su casa. Mi hermana me llama una vez más, cargando la caja con juguetes y yo llevo el paquete con la tela y encaje. También me molestó que Madge insistiera en regalarle a Posy esas muñecas, le ofreciera un libro de cuentos y le comprara encaje para el vestido. Yo no se lo pedí y no quiero que nos tome como un caso de caridad para hacer beneficencia social. No pretendía pelear con Madge. No dije nada cuando le regaló las muñecas y me limité a agradecerle, pero ahora volvimos a discutir. Si ya había metido el dedo en la llaga con los regalos, pues lo hundió más comentando el amor de Peeta por Katniss y después echarme en cara salir con chicas para olvidarme de Candance. Jamás lo haría, jamás me olvidaré de mi primera chica. Salir con las demás fue un breve bálsamo para aliviar el dolor, pero en cuanto se acababa la cita, éste volvía a torturarme.




- ¡Mamá, mamá! ¡Mira todas las muñecas que me regaló Madge! -chilla Posy feliz cuando llegamos a casa-. Toma, son para ti, mamá.- Le extiende el pequeño ramo de flores que ha cortado.

Gale y Madge: Fresas en el BosqueWhere stories live. Discover now