Epílogo II

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—¿Quieres que te lleve a casa? —ChanYeol negó con la cabeza, pero BaekHyun tiró de su chaqueta y se puso frente a él—. Te llevaré a casa. Vamos.

—BaekHyun —susurró débilmente y elevó la cabeza para permitirse mirar al susodicho.

Extrañamente, el hombre le sonrió y lo tomó por la manga de su abrigo para tirar de él hasta el que parecía ser su auto.

—Solo te dejaré en tu casa, ChanYeol. No te sientas incómodo.

ChanYeol no se sentía incómodo, no era exactamente esa la palabra correcta, sino que se sentía enfermizo, débil, a punto de morir, con el corazón en la garganta y con unas ganas enormes de querer vomitarlo para que dejara de dolerle.

BaekHyun lo empujó y lo obligó a sentarse en el asiento de copiloto. Cuando se dio cuenta que el hombre se subió detrás del volante entró en pánico y tomó la manilla, abriendo así la puerta.

—¡Hey, ¿qué haces?! Solo te dejaré en tu casa.

ChanYeol se afirmó fuertemente a la manilla hasta que sus nudillos quedaron blancos y se obligó a cerrar la puerta. BaekHyun aún lo miraba, pero de igual forma el auto se puso en marcha.

Tuvo que cerrar los ojos y dejar caer la cabeza en el asiento para intentar controlar la respiración. Se sintió mal, tan horriblemente mal. Lo peor de todo era que sabía que tan solo se lo imaginaba, que todo nacía de algún hueco de su cabeza para comerse lo poco que le quedaba de cuerdo.

—¿Aún sigues trabajando como policía?

Miró hacia BaekHyun y este pareció tan normal, tan ausente de la desgracia que lo mortificaba solo a él. BaekHyun estaba bien. BaekHyun estaba bien porque él no estaba a su lado.

Agachó la cabeza y se llevó ambas manos a las rodillas para apretar estas en un intento de controlarse y así no mantenerse tan atento en el exceso de sudor que indicaba que las pastillas hacían efecto.

—¿No me contestarás?

—Lo siento —murmuró con la vista fija en sus rodillas.

—¿ChanYeol, algo anda mal?

Abrió la boca en un intento de que algo de aire entrara en él, en poder olvidarse de las lágrimas que se acumularon en sus ojos.

—Lo siento, BaekHyun. Lo siento tanto.

El vehículo poco a poco se detuvo en un semáforo en rojo y ChanYeol rápidamente intentó recomponerse, se sentó derecho y apuntó hacia la ventanilla.

—Mi casa está por la calle de la derecha —susurró aún sin mirarlo—. Puedes doblar en la siguiente cuadra.

—¿Ya no vives con tu madre?

Negó rápidamente con la cabeza—. Compré un departamento en el centro.

—Eso es bueno.

ChanYeol asintió y agachó la cabeza.

Lo compró para él, para BaekHyun.

Es hora de que empieces a hacer las cosas por ti y no por alguien más, recordó el regaño.

Tanteó los bolsillos en busca de su tira de pastillas. Pero, maldición, ya tomó demasiadas por ese día, definitivamente estaba pasándose de lo administrado por el doctor.

—Es ahí delante —musitó una vez se orientó.

BaekHyun detuvo el auto en un lugar disponible y miró a su alrededor con interés.

—Parece que mi caso te sentó bien. Pudiste comprarte un lindo departamento.

Vio sus manos temblar sobre sus piernas y con rapidez tomó la manilla del auto, desesperado por salir.

Mr. Kim • || KaiSoo ||Where stories live. Discover now