Capítulo IX

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KyungSoo sonrió tímidamente y asintió, sintiéndose de repente demasiado ahorcado con el primer botón de su camisa.

—Fue muy amable lo que hiciste, KyungSoo. De verdad estamos bastante agradecidos por ello.

Volvió a repetir la misma acción anterior. ¿Qué más podía hacer? Se sintió hasta intimidado con la afable sonrisa de la mujer.

Se sobresaltó notoriamente cuando sintió una mano en su muslo y, a pesar de estar asustado, no se volteó a ver hacia su costado. Después de todo, supo quién fue.

—Deberíamos vernos en la piscina después, ¿no? Así podemos seguir conversando —propuso la chica sentada desde el otro lado de la mesa. Justamente la misma chica que fue salvada por KyungSoo la noche anterior.

Su padre sonrió y elevó ambas cejas hacia la dirección de los dos jóvenes, como si les preguntara si aceptaban la invitación. A pesar de que JongIn era el jefe y quien decidía las cosas, fue KyungSoo quien asintió, dando por hecho que se reencontrarían y no fue porque quisiera pasar más tiempo con la cordial familia, sino porque entre más tiempo estuviera alejado de JongIn, mejor. No hablaron de lo sucedido, ni el día anterior en la noche, ni ese mismo día en la mañana, aunque prácticamente el único que evitaba el tema era KyungSoo.

Luego de un poco más de charla, la cual fue bastante ajetreada, jefe y empleado se escabulleron hasta su habitación del hotel para cambiar sus ropas por bañadores. KyungSoo fue quien entró al baño con dichas prendas, se aseguró de cerrar la puerta con pestillo y lo primero que hizo fue sacarse el pantalón para cambiarlo por el bañador. Luego de eso le dio la espalda al espejo para no ver su torso con manchas rojizas y empezó a desabotonarse todos los botones de la camisa para luego ponerse la camiseta casual que dejó colgada sobre el perchero. Tomó sus cosas después de darse una rápida mirada al espejo, salió del baño y caminó hacia su cama, donde dejó la maleta abierta sobre el colchón.

—JongIn —llamó KyungSoo, quizás la primera vez que él empezaba la conversación desde el día anterior—, tú... ayer... ¿Cómo te caíste? —Apuntó con timidez hacia la puerta del baño, dándole a entender al moreno a qué se refería.

—Estaba apoyado en la puerta —dijo su jefe con una leve sonrisa a la vez que se acercaba a la puerta principal de la habitación y la abría. Sin embargo, se quedó ahí, esperando a que KyungSoo lo siguiera.

—¿Q-Qué hacías? —El pelinegro titubeó un poco.

—Te preguntaba si querías cenar, pero no me contestaste, así que me acerqué hasta la puerta para que me lograras escuchar.

Era una idea estúpida, incluso parecía una excusa, pero JongIn no parecía un hombre que mintiera. De igual forma, por coincidencia le dio a entender a KyungSoo un pequeño detalle: JongIn no estaba interesado en él.

A pesar de que se sintió decepcionado sonrió y se acercó hasta el moreno para salir de la habitación. Definitivamente ahora estaba mucho más calmado, ya que tenía claro que JongIn no tuvo ninguna otra intención con él, sino que simplemente se dejó llevar por el momento.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó y sintió el ambiente definitivamente menos pesado entre ellos.

—No sé si te importe, pero a ese hombre lo necesitamos.

—¿Qué? ¿Nosotros?

—No nosotros, la empresa. —Kyungsoo frunció el ceño al recordar que estaban ahí por temas de trabajo—. Él trabaja para otra empresa, pero lo necesitamos en la nuestra.

—¿Qué harás? —preguntó mientras ambos se subían al ascensor.

—Necesitamos convencerlo, así que intentaré hablar con la hija, parece más accesible.

Mr. Kim • || KaiSoo ||Where stories live. Discover now