Capítulo XXV

6.7K 785 236
                                    

Si le dijeran a KyungSoo que las cosas serían tan extrañas y alocadas después de que llegara su nuevo jefe ni siquiera se lo imaginaría. No obstante, ahí estaban todos metidos como dentro de una furgoneta negra en la que no se podía abrir ni una puta ventana, porque EunSang y BaekHyun no querían estar expuestos a los mosquitos ni que su cabello se desordenara por la brisa.

JunMyeon se ofreció a conducir con ZiTao de copiloto. Era un poco irónico, dado que este último no hacía más que quedarse dormido en la oficina, aunque esa vez pareció dispuesto a estar atento al viaje.

Atrás estaba KyungSoo apegado a la ventana y a su lado se sentó JongIn, quien tenía un cuadernillo donde anotaba un par de cosas, probablemente sobre la organización de la misma actividad. Más atrás estaba JongDae junto a MinSeok, este último siento tirado por el menor. MinSeok se contrapuso un poco a la idea, pero al cabo de unos minutos estuvieron los dos riéndose de un juego inútil que tenía JongDae en el celular.

Después estaba BaekHyun junto a ChanYeol, este último claramente molesto con el más bajo. Primero que todo, BaekHyun insistió que quería estar en la ventana para luego poner las rodillas sobre el asiento y girarse para parlotear con EunSang, quien estaba entre YiFan y YiXing. Sin embargo, lo peor de todo fue que esos dos gritaban por cualquier cosa y empezaron a molestar a ChanYeol y a YiFan por ser altos y bobos —palabras de ellos, cabe destacar—; por lo mismo KyungSoo se sintió sofocado y abrió la ventana a pesar de que era una de las reglas de los mimados.

—¿Está todo bien? —preguntó JongIn a su lado.

—Solo me siento aprisionado —confesó y ladeó la cabeza mientras hacía una mueca.

—¿Quieres que paremos? —Su jefe juntó las cejas con preocupación.

—No. Yo... —KyungSoo balbuceó y miró a su alrededor para notar que nadie les prestaba atención—. Dame un beso. —JongIn sonrió ante su susurro y se acercó a él, pero no lo besó.

—Bésame tú —ordenó el otro y apoyó la mano sobre su rodilla.

—Entonces acércate más.

KyungSoo quedó aprisionado contra la ventana mientras el cuerpo de JongIn se encaramaba por sobre el suyo, ambos casi recostados sobre los asientos para que los chicos que estaban más atrás no se dieran cuenta de la situación.

Puso una mano sobre la mejilla del menor para acercarlo más hacia sí, logrando por fin unir sus labios con los ajenos y dio paso a un movimiento lento y cuidadoso. Evitó que los sonidos extraños y húmedos llamaran la atención de los demás. A pesar de la situación, JongIn se las arregló para meter una mano por debajo de la camiseta informal de KyungSoo para acariciar su cadera con el pulgar en una secuencia de suaves movimientos circulares. Sus labios siguieron chocando de forma muda contra los del contrario y fue agradable recibir pequeñas sonrisas entre besos.

—No deberíamos continuar haciendo esto —sugirió JongIn en un murmuro con los labios solo a centímetros de los suyos.

—Al saber que no deberíamos da más ganas de hacerlo —confesó en un momento de valentía.

KyungSoo volvió a chocar sus labios con los de su jefe para empezar otro beso igual de movido y silencioso, donde las cabezas se giraron para buscar un ángulo más profundo y las manos buscaron dónde tocar simplemente para acariciar.

Todo acabó así como empezó, con una última mordida de labios por parte de KyungSoo antes de alejarse con una suave caricia sobre una de las manos de su jefe.

—¿Por qué no podemos decirle a los demás que estamos juntos? —susurró JongIn y se volvió a sentarse correctamente—. ¿Qué te molesta verdaderamente?

Mr. Kim • || KaiSoo ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora