Capítulo XXXIV

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Ya para esa hora de la mañana llegaron la mayoría de los empleados, cada uno teniendo un café sobre su escritorio para acompañar la fría mañana.

—Estás muy feliz —le comentó a BaekHyun, quien volteó a verlo con una sonrisa y lo agarró de las manos para balancear ambas extremidades de un lado a otro—. ¿Qué te pasa? —preguntó un poco asustado y con lentitud alejó las manos.

—Ayer tuve sexo. —BaekHyun habló como si nada y KyungSoo agradeció que las palabras fueran pronunciadas sutilmente.

—¿Qué tú no tienes sexo siempre? —se mofó, recibiendo una mueca por parte de BaekHyun.

—Me corrijo. No tuve sexo —BaekHyun hizo una pausa prolongada, sin quitar aún su sonrisa con una clara intención de darle énfasis al diálogo—; hice el amor.

—¿Ah?

—Por fin, KyungSoo. —El pelinegro se asustó aún más cuando vio a su amigo mover la cabeza suavemente de un lado a otro—. Por fin hice el amor como en los libros o en las películas, por fin... Se siente genial, de verdad. Yo... —Esperó pacientemente a que su amigo terminara la frase, pero este pareció tener las palabras trabadas en la garganta—. Creo que me enamoré —susurró BaekHyun por lo bajo mientras jugaba con sus dedos.

—Wow... —El castaño alzó la cabeza y KyungSoo sonrió con sinceridad—. Es la primera vez que te escucho decir eso.

—No sabía que se sentía así...

—¿Y de quién estás enamorado? —preguntó y apoyó ambos brazos sobre el escritorio para acercarse más a su amigo.

—¿Pues de quién crees? —se burló el castaño—. Yo...

—¿JongDae?

Todos voltearon su mirada hacia el hombre que entró a la oficina. KyungSoo casi se cayó de la silla al verlo. Traje negro y camisa blanca con un pequeño moño del mismo color del traje. Estaba bien peinado y cuando el sujeto se adentró más a la oficina el olor de su perfume costoso casi lo hizo desmayarse. Sin embargo, eso no fue todo. En sus manos tenía un ramo de flores inmenso, mucho más grande que el que recibió EunSang por parte de YiFan, lleno de colores y de distintas flores.

JongDae estaba nervioso, hasta KyungSoo lo notó y él estaba del otro lado de la oficina.

Justo en ese momento JongIn salió de su oficina con paso rápido, deteniéndose de improvisto al divisar a su amigo.

—¿Qué haces?

JongDae solo le hizo un gesto con la mano. Pareció bastante apenado con la situación.

Al parecer el hombre llamó la atención de todos menos de MinSeok, quien se mantuvo concentrado en unos papeles que tenía sobre el escritorio.

JongDae se volteó, quedando de frente al escritorio de MinSeok y dándole la espalda a todos los demás. El menor carraspeó un poco, llamando por fin la atención de quien seguía sentado sobre el escritorio.

—¿Qué quieres? —MinSeok levantó la cabeza para mirarlo, pero no le tomó mayor atención y volvió a bajarla para revisar los papeles—. Estoy ocupado.

—No tomará mucho tiempo. —Eso fue aún más sorprendente, el leve susurro de JongDae.

—Está bien. Que sea rápido.

MinSeok soltó los papeles y arrugó la nariz para subirse las gafas en una vieja costumbre que adoptó y que hacía inconscientemente, aún durante esos días que no llevó los anteojos. JongDae notaba aquellos gesto, especialmente porque MinSeok se veía muy tierno.

JongDae se apegó las flores al cuerpo y carraspeó un poco para luego cantar. Sí, cantar.

—¿Viniste a cantarme? —JongDae rápidamente se calló y pestañeó unas cuantas veces, recomponiéndose de inmediato para sonreír.

Mr. Kim • || KaiSoo ||Where stories live. Discover now