Capítulo XXXI

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KyungSoo suspiró resignado y subió por las ostentosas escaleras que lo hicieron sentir aún más desgraciado al notar que estas estaban mucho más limpias que las de su departamento. Las odió un poco más para cuanto estuvo en el tercer piso, donde se arrepintió de no tomar el ascensor.

Se sintió tan triste con la partida de SeHun que no pudo ni siquiera llorar como hubiera querido. Su hermano no le dirigió la palabra ni para decirle adiós antes de que se subiera al autobús y eso le clavó un dolor profundo en el pecho.

¿Hizo bien? KyungSoo aún dudaba de sus propias acciones. Quería arreglar las cosas y evitar futuros dolores de cabeza. Solo tenía que esperar un poco. Después de todo, SeHun viviría sus días de traición y dolor. Lo perdonaría, KyungSoo sabía que su hermano lo perdonaría. Soñaba con que lo hiciera, así que solo esperaría a que eso sucediera.

Suspiró cuando llegó al piso que tanto buscó. Caminó por el pasillo que era ligeramente conocido y se paró justo delante de la puerta del departamento de su novio. El timbre resonó en todo el interior del departamento y KyungSoo deseó que JongIn estuviera en su hogar para que lo ayudara con esa horrible carga emocional que sentía en el pecho.

La puerta se abrió y él ni siquiera pudo mostrar una sonrisa, tampoco pudo evitar que sus ojos se empañaran por las lágrimas acumuladas. Sin embargo, a pesar del líquido que lo cegó, lo pudo ver claramente. El tiempo se detuvo. Ese cuerpo desnudo y pálido ya lo vio antes, especialmente con ese chupetón que tenía en uno de los hombros. Lo vio esa misma mañana.

Las expresiones de ambos cambiaron y las caras confundidas se hicieron presente en sus rostros. Fue ahí cuando KyungSoo lo pudo ver con claridad. Su amado novio se asomó por la puerta sin siquiera llevar una camiseta y él descarado le sonrió. KyungSoo envió su mirada hacia el fondo del pasillo para volver a dirigirla hacia la entrada del departamento, confirmando que ambos cuerpos semidesnudos eran reales. Sin poder evitarlo su corazón se contrajo y estuvo dispuesto a escapar.

—¿KyungSoo? —susurró JongIn y fue detrás de él, manteniendo una suave sonrisa en los labios, como si no supiera lo que hizo.

—Déjame solo y no vuelvas a hablarme más —murmuró sin anestesia, sintiendo un dolor profundo en el pecho con cada una de las sílabas que logró pronunciar.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Sucedió algo? —Pudo ver de reojo que el menor frunció el ceño con preocupación.

KyungSoo se detuvo y se volteó hacia JongIn para enfrentarlo.

—Desde ahora usaremos la opción número uno. —El moreno pronunció más su ceño fruncido—. Lo terminaremos ahora y evitaremos los problemas.

—¿Qué quieres decir?

El más bajo suspiró y miró los ojos de su jefe—. Lo nuestro se terminó.

—Pero... KyungSoo. ¿Es por...? —El recién nombrado apretó los dientes cuando se fijó hacia donde apuntó el menor.

—KyungSoo... —susurró LuHan mientras se acercaba lentamente hacia ellos.

—¿Se conocen? —preguntó confundido el moreno.

—Son unos idiotas —fue lo último que dijo KyungSoo antes de encaminarse con paso rápido hasta el ascensor, pero recibió de inmediato un agarre en el brazo que lo detuvo.

—¿Qué...?

—En la oficina no nos hablaremos y haremos como que no nos conocemos, ¿bien? —JongIn abrió la boca para mostrar oposición—. Basta, no quiero escucharte más.

KyungSoo se soltó del agarre, pero solo alcanzó a dar un paso cuando la voz detrás de sí lo detuvo.

—Dijiste que estabas enamorado de mí.

Mr. Kim • || KaiSoo ||Where stories live. Discover now