Capítulo VIII

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Se dio una rápida mirada a la venda que cubría su brazo, el cual fue levemente cortado por los vidrios de la copa que estuvieron en el borde de la piscina.

Se acomodó mejor la toalla blanca en torno a la cintura y se arrepintió de no ordenar la ropa cuando entró. Abrió la puerta, pero de esta misma cayó JongIn, justo sobre él.

—Lo siento. —Las palabras del hombre resonaron unas cuantas veces dentro de su cabeza, lo que le hizo darse cuenta que pasó demasiado tiempo ahí en el suelo con su jefe encima.

Sintió que le tembló levemente el labio inferior porque, mierda, JongIn tenía la rodilla entre sus piernas, dándole un suave toque ahí, justo ahí.

Puso sus manos sobre los hombros del contrario e hizo el inútil esfuerzo de apartarlo, sin embargo, ni siquiera hizo presión para que se moviera. Llevó su mirada hacia el rostro de JongIn. Su pelo castaño estaba desordenado sobre su frente, provocando que no le llegara el brillo de la luz del baño a los ojos, haciéndolos más oscuros. Ante ello, sus manos, casi de manera inconsciente, se movieron hacia la espalda baja del contrario y este se acercó un poco más. JongIn movió su pierna, al parecer consciente de que lo ponía en un estado crítico y él abrió los labios ante esa acción. Su jefe se acercó aún más y rozó los labios con los suyos.

Ninguno de los dos tuvo claro quién dio el primer paso, pero ahí estaban los dos, besándose lentamente sobre el suelo.

En el momento que JongIn se acomodó profundizo el beso, cambiando el ángulo de su cabeza para tener más contacto con el contrario, separando los labios y dándole permiso al otro para que introdujera la lengua en su boca. JongIn jadeó luego de morderle el labio inferior cuando se separaron para tomar aire. No pensó, para nada, simplemente estuvo ahí, desabotonando cada uno de los botones de la camisa de JongIn mientras se besaban con fuerza, casi de manera necesitada y hasta morbosa.

Cuando la camisa del hombre estuvo abierta por completo KyungSoo metió las manos por debajo de la tela para tocar su torneada espalda. Se atrevió a llevar la boca hacia el cuello del moreno, dándose cuenta que el otro movió la cabeza para darle más accesibilidad. KyungSoo le sacó la camiseta por completo cuando su jefe puso una mano sobre su costilla, casi quemándole con el tacto caliente. Sintió una pequeña descarga eléctrica que atravesó toda su espina dorsal, haciendo que su pecho chocara con el del otro chico, casi de manera vergonzosa.

JongIn lo empujó para que se alejara de su cuello y pudiera volver a besar sus labios de forma profunda y ansiosa. A KyungSoo le sorprendió un poco cuando el otro movió sus caderas contra las suyas, pero de igual manera no pudo evitar soltar un gemido entre el beso que compartía con su jefe. El otro se separó de sus labios para morder su hombro y cuello, luego fue bajando lentamente por su pecho, dejando un camino de mordidas que llegó hasta su ombligo, casi rozando la toalla blanca. KyungSoo lo agarró del cabello y lo alzó para volver a besarlo. Maldición, de verdad que se excitó con el pequeño movimiento de pelvis que hizo el moreno sobre sus caderas.

Durante el beso JongIn pegó las manos a su cuerpo y las pasó de un lado a otro para intentar tocarlo aún mas, lo más que pudiera. Incluso se atrevió a tocar el miembro de KyungSoo por sobre la toalla, la cual después encontró demasiado gruesa e inútil.

—J-JongIn... —El aludido apretó los dientes al escuchar su pequeño gemido cerca de la oreja y detuvo la variedad de mordidas que trazó sobre su cuello.

JongIn rozó sus manos con delicadeza bajo el ombligo de KyungSoo para luego atreverse a introducir la mano por debajo de la toalla, tocando directamente su miembro. Piel contra piel. KyungSoo, a pesar de encantarle el tacto que tuvo su jefe con él, optó por separarlo de un empujón, ignorando el gruñido y el estremecimiento que le causó. Se sentó con rapidez en el suelo para ver al chico con los labios rojos y con el cuello teñido de manchas rosas. Los dos se quedaron callado y mirándose mientras jadeaban. KyungSoo fue el primero en pararse. Se afirmó la toalla alrededor de la cintura de manera avergonzada y salió por completo del baño para caminar hacia su cama, donde estaba la maleta cerrada sobre las mantas.

Mr. Kim • || KaiSoo ||Where stories live. Discover now