Mr. Kim • || KaiSoo ||

Capítulo XXXIII

—¿Por qué te quedas ahí parado? —preguntó JongIn, quien caminó hacia su habitación—. ¿Te sucede algo? Pareces incómodo. Ya has estado aquí, KyungSoo.

—Sí, lo siento. Es solo que... No sé... Yo...

El moreno frunció el ceño con diversión y se acercó a él.

—Ya es tarde. —Su jefe le sonrió con apacibilidad—. ¿Quieres que te preste ropa para dormir?

Soltó con fuerza el aire por la nariz y sonrió en el intento de evitar mostrar su nerviosismo.

—Claro —concordó y siguió los pasos de su jefe.

Cuando ambos estuvieron en la habitación, JongIn se dirigió hacia su armario y rebuscó en los cajones para luego sacar una camiseta blanca. Apenas KyungSoo la desdobló identificó la prenda.

—¿De nuevo me harás ponerme esto de nuevo? —cuestionó e hizo una fingida mueca con los labios.

Solo recibió una amplia sonrisa y luego su jefe empezó a desabotonarse la camisa. Él se sintió hiperventilar y bajó la mirada, nervioso.

—KyungSoo, ¿qué te pasa? —preguntó el menor, sonando demasiado serio para su gusto.

—No es nada —se apresuró en contestar y se sacó el suéter que traía puesto.

—Sí sucede algo. ¿De verdad no me piensas decir? —KyungSoo bajó la cabeza para no encontrarse con la mirada de su novio—. ¿Hay algo que te molesta?

—No es nada...

JongIn suspiró y siguió desabotonando su camisa para sacársela, posteriormente se acercó al baño y la arrojó dentro de un canasto. Cuando el hombre volvió hacia el armario él rápidamente bajó la mirada.

—Dime la verdad. —JongIn se volteó para encararlo—. ¿Qué pasa? ¿Acaso no puedes verme desnudo?

KyungSoo cerró los ojos sin saber qué contestar.

—Nosotros... —Suspiró para continuar—. Verte así me recuerda a cuando... Mmh...

—¿Tuvimos sexo? —Apretó el suéter que tenía entre las manos y negó con la cabeza—. ¿Qué sucede entonces? ¿Te da vergüenza? —JongIn hizo una pequeña pausa y mantuvo una sonrisa pícara—. ¿O quieres hacerlo de nuevo?

—¡No! —se apresuró a contestar y recibió una risa por parte de su jefe.

—Solo pasaron unos tres días desde que estuvimos juntos de esa manera.

—No sé qué me pasa —concluyó KyungSoo, quien se pasó los dedos por el cabello y, aún manteniendo el gesto, se dirigió a la cama de su novio para sentarse en la orilla.

—Intenta explicármelo.

Suspiró y alzó la cabeza al sentir un brazo cálido sobre los hombros.

—Solo recordé el sexo —admitió con la vista fija en el gran mueble que estaba delante de él—. Y con eso recordé a mi hermano.

—¿Tu hermano? ¿Por qué?

—Ayer me encontré a LuHan y SeHun en la cama.

Recibió un suave empujón en el hombro por parte del contrario—. ¿Los viste mientras...?

—¡No! —se apresuró en contestar e hizo una mueca—. Solo los vi a los dos durmiendo, pero ambos estaban desnudos y se me viene a la cabeza lo que pudieron hacer y...

—No tienes que preocuparte por eso —aseguró JongIn y lo tomó por las mejillas para que lo mirara—. Soy yo quien está delante de ti ahora. LuHan y SeHun tienen su propia historia y nosotros la nuestra.