Capítulo XXIII

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—¡MinSeok, acompáñame! —chilló el hombre mientras tiraba del brazo ajeno.

—No creo que deba...

—¡Será divertido! —aportó YiXing e intentó sacar a MinSeok de la oficina junto a JongDae.

—Además, mis padres te invitaron. No seas irrespetuosos con ellos y acompáñame.

—¿Tus padres me invitaron? —preguntó MinSeok sorprendido y tamborileó de manera nerviosa su labio inferior con los dedos.

—Sí, lo hicieron. Ahora vendrás con nosotros —aseguró JongDae sin soltar la mano del mayor.

—Deberías ir —sugirió JongIn mientras veía desde lejos todo el alboroto junto a KyungSoo.

—Solo ve, Min. —KyungSoo dio por terminado el problema. El aludido asintió para luego dejarse llevar por JongDae y YiXing con cierta reticencia.

—¿Me llevarás a casa? —preguntó KyungSoo cuando ambos estuvieron solos en la oficina.

—Sí, por eso te esperé. —El moreno sonrió y KyungSoo le devolvió la sonrisa a la vez que movía unos papeles sobre el escritorio—. Por cierto, tengo algo que decirte. —JongIn se puso por detrás y lo tomó de las caderas.

—¿Qué sucede? —preguntó KyungSoo realmente distraído.

JongIn apegó más la pelvis a su trasero, sobresaltándolo. La erección en los pantalones de su jefe era mínima, pero de igual manera KyungSoo la percibió.

—Tengo un fetiche, ¿sabes?

—¿Sí? —indagó KyungSoo con cierto tono seductor—. ¿Qué te gustaría hacer?

—Hagámoslo sobre mi escritorio.

Jadeó al sentir que JongIn mordió sin fuerza su oreja y las caderas del moreno se movieron en una secuencia circular contra su trasero, apegándolo más al escritorio.

—¿Me dejarás cumplirlo? —susurró JongIn con lascivia y muy cerca de su oreja.

El pelinegro se volteó, dejando los papeles desordenados sobre su escritorio. Al estar frente a JongIn pasó los brazos por sobre los hombros ajenos para atraer al otro más hacia sí y se acercó para iniciar el beso, el cual al principio fue lento y profundo. Con ello su jefe lo tomó por las piernas y lo sentó sobre su pequeño escritorio.

El beso terminó con una mordida de labios por parte de KyungSoo y luego se dirigió hacia el cuello del moreno mientras dejaba pequeños besos húmedos en el camino, dedicándose a morder donde mismo sobresalía esa pequeña marca rosácea de la ocasión anterior.

—Vamos a mi oficina —pidió JongIn en un jadeo cuando KyungSoo toqueteó su miembro por encima de los pantalones.

Enrolló las piernas en torno a las caderas del JongIn y este lo afirmó por el trasero para alzarlo y llevarlo hacia su oficina privada. Cuando estuvieron dentro, su jefe se dirigió de inmediato hacia el gran escritorio, pasó un brazo para correr todas las cosas y sentó a KyungSoo sobre la superficie. Una vez ahí se besaron mientras él peleaba con los botones de la camisa ajena.

—Tuvimos sexo anoche —recordó antes de mover las caderas contra las del contrario—. ¿Acaso no logré satisfacerte lo suficiente?

JongIn se alejó para mirarlo con las cejas fruncidas—. La palabra correcta no es insatisfecho. En realidad estuve tan complacido que me gustaría repetirlo.

KyungSoo lo tiró de la camisa para besarlo, esta vez situando un movimiento salvaje y apasionado. Las manos del mayor terminaron por sacarle la camisa.

Mr. Kim • || KaiSoo ||Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon