Capítulo XXXVII

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Sus manos acariciaron los hombros de JongIn por debajo de la chaqueta del traje, dispuesto a botarla al suelo de una vez por todas. El movimiento de sus labios comenzó lento y constante apenas entraron al departamento, donde ni siquiera ordenaron los zapatos correctamente al entrar.

—Espera... Primero tenemos que celebrar —dijo el moreno después de separarse de él.

—Ahora celebraremos.

JongIn solo sonrió—. Siéntate. Traeré algo para beber.

—¡Pero JongIn!

El recién nombrado sonrió nuevamente y se dirigió a la cocina, así que KyungSoo caminó a regañadientes a la sala de estar, donde se dejó caer con los brazos cruzados en el sofá que estaba frente a la televisión. No pasó demasiado tiempo cuando JongIn se sentó a su lado con dos copas alargadas que contenían un líquido dorado y burbujeante. KyungSoo tomó la copa que le ofreció su novio con una mueca en los labios para demostrar su desconcierto con la situación.

—No me mires así —pidió el menor mientras se recostaba en el sofá y bebía de su copa con lentitud.

—Bébelo rápido y vamos —apuró KyungSoo, haciendo gestos con la cabeza y dejando la bebida sobre la mesilla de madera.

—Bébelo también —exigió el otro mientras lo veía por encima de la copa.

KyungSoo chasqueó la lengua y tomó la copa para beberse el líquido de un trago. Sintió el ligero ardor en la garganta y por ello no pudo evitar hacer una mueca. Dejó la copa sobre la mesilla y se volteó para mirar a su novio. Esperó una sonrisa para poder continuar, pero solo encontró unos ojos tristes y una mueca.

—Lo arruinaste todo —murmuró JongIn luego de dejar la copa sobre la mesa.

—¿Yo? ¿Por qué? —preguntó a la vez que le daba un rápido vistazo a la copa, la cual tomó.

Fue ahí cuando lo vio. Había algo dentro de la copa, resbalándose en el fondo. Jongin, al percatarse de lo que notó, le arrebató la copa de las manos. Ante ese gesto KyungSoo abrió y cerró la boca con la intención de que algún sonido saliera de su garganta. Sin embargo, no pudo hacer mucho más, porque en ese momento el contrario volteó la copa sobre su propia mano para mostrar el anillo dorado al mismo tiempo que el líquido sobrante de la bebida recorría su piel.

—¿Qué es esto? —susurró por fin y elevó ambas manos de manera temblorosa hacia JongIn en un intento de tocar el anillo.

—Me casaré.

KyungSoo dejó caer los brazos y desvió la vista de la mano ajena para observar el rostro de JongIn. La expresión seria que tenía el moreno le demostró de inmediato que no mentía.

—¿Q-Qué...? —Eso fue lo único que pudo decir con labios temblorosos—. P-Pero hoy...

JongIn apretó los dientes y sacó de su bolsillo la caja aterciopelada de color borgoña, la cual dejó sobre la mesa de un golpe y luego se levantó del sofá para mirarlo con los brazos en jarra y una expresión seria.

—Lo arruinaste —repitió el menor, esta vez de manera infantil.

—¿Qué arruiné exactamente?

Fue estúpido. KyungSoo se sintió idiota por cómo sus ojos se aguaron y sus lágrimas llegaron al borde, a punto de caer y rodar por sus mejillas.

—Hoy fuimos a tu casa... Yo...

Para su sorpresa, JongIn se dejó caer de rodillas y agachó la cabeza a la vez que suspiraba con profundidad.

—¿Con quién crees que me casaré, KyungSoo? —preguntó el menor con un tono suave y cansado.

—¡¿Con quién te casarás?! —gritó y se levantó del sofá de un salto a la vez que movía las manos con frustración.

Mr. Kim • || KaiSoo ||Where stories live. Discover now