Capítulo XXXVI

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—Bien. Está todo bien —insistió y se pasó las manos húmedas por las rodillas.

—No te pongas nervioso. Recuerda que aún no sabemos si te presentaré como mi novio —se mofó JongIn.

—Lo harás. Debe haber una razón para estresarme tanto, ¿no?

El moreno amplió más su sonrisa y estacionó el auto delante de una gran casa de color blanco.

—Da todo de ti hoy, Do KyungSoo.

Ambos se bajaron del auto y JongIn se acercó hasta él. El espacio donde se estacionaron fue un lugar oscurecido por la noche y un punto muerto para las cámaras de seguridad, así que KyungSoo tuvo la confianza para acomodar el moño que llevaba su novio y luego fue JongIn quien lo tiró de la corbata.

—Te amo —susurró antes de rozar sus labios con los ajenos.

El beso se convirtió en un contacto más íntimo. Las lenguas jugaron entre ellas y los dientes mordieron cualquier carne que se puso entre ellos.

JongIn empujó a KyungSoo contra el auto, subiéndolo sobre el capot y poniéndose entre sus piernas mientras el beso obsceno continuaba. La mano traviesa del más bajo se dirigió hasta la entrepierna de su novio, apretó un poco y logró que el beso se rompiera, dejando un hilo de saliva deslizarse por sus labios.

—Debimos hacerlo antes de venir —gruñó JongIn, sacándole una risa a KyungSoo.

—Este es el beso de la buena suerte —aclaró y bajó del auto de un salto—. Si ambos salimos ilesos de esta, quizás te desee más buena suerte en tu departamento.

KyungSoo se apresuró a rodear el cuerpo de su jefe para acercarse a la casa, donde fue iluminado por la luz que había en todo el lugar. Solo pasaron unos segundos cuando los pasos rápidos de su jefe se incluyeron al sonido de la naturaleza que se escuchaba a sus espaldas.

—Ahora deseo que esto termine de una vez. —JongIn tuvo el descaro de morder con suavidad su oreja y agarró una de sus nalgas con fuerza. Luego se separó y tocó el timbre.

—Compórtate —susurró solo unos segundos antes de que una empleada del hogar abriera la puerta.

Ambos entraron al lugar para encontrarse con una amplia sala y una casa con apariencia más americana que surcoreana.

KyungSoo solo alcanzó a reconocer a los "padres" de LuHan y JongIn, los cuales conversaban animadamente con una hermosa mujer. KyungSoo no creía poder acostumbrarse a aquello.

—¡Oh! Llegaron nuestros invitados —dijo el padre de JongIn con alegría.

Se pararon uno al lado del otro. JongIn hizo una inclinación con la cabeza y KyungSoo una venia más formal.

—Do KyungSoo, un gusto conocerlos. —Mostró su mejor sonrisa.

—¡Ay! Un chico educado. Me alegra que me visiten después de mi salida del hospital.

KyungSoo mantuvo la sonrisa hacia la mujer que era trasladada en su silla de ruedas hasta la gran mesa donde ya estaba servida la comida.

—Soy yo quien está agradecido por la invitación. Espero que se recupere lo antes posible.

La mujer le sonrió y él por un momento se sintió perdido. Tenía la sonrisa de JongIn.

—Vengan a tomar asiento —dijo la mujer hacia los hombres que seguían manteniendo una anímica plática—. Por favor, llamen a LuHan con InHa.

Todos se acomodaron con rapidez en la mesa y no pasó demasiado tiempo cuando las miradas se dirigieron hacia las anchas escaleras, donde bajó LuHan siendo abrazado por una chica. KyungSoo se apresuró en ponerse de pie cuando los vio a los dos acercarse e hizo una pequeña venia.

Mr. Kim • || KaiSoo ||Where stories live. Discover now