RAPTO

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Disclaimer: Los personajes de Naruto pertenecen al gran Masashi Kishimoto-San, la historia descrita a continuación es producto de mi loca imaginación. Un día me dio por escribirla, y aquí está, "Entre el amor y la venganza".

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Hola meus amores, de vuelta por estos lares. Hoy les traigo dos capítulos el 33 y 34. No están del todo corregidos, pero bueno, ya me dedicaré a eso más adelante. Nos leemos al final, disfruten de la lectura.

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RAPTO

Era un pasillo largo, oscuro, frío y solitario. Tenía miedo, no lo podía negar. A cada paso que daba una sensación de vértigo se apoderaba de ella. ¿Dónde estaba? No lo sabía. ¿Qué hacía en ese lugar? Lo que fuera no era nada bueno.

Llegó a una intercepción donde se halló con una puerta. ¿Hacia dónde conducía? No tardaría en averiguarlo... tomó el picaporte y abrió el extraño portal. Una blanca luz cegó sus ojos, no veía nada. Cerró los ojos con cuidado y luego los abrió lentamente. Esperó a que se acostumbraran a la claridad y pudo ver na estancia que la rodeaba.

Libros y más libros se alzaban ante ella, algunos empastados, otros con cubiertas de cuero, hasta ahí le llegaba el olor del cuero envejecido. Un gran escritorio de caoba ocupaba el centro de la estancia, sin duda la majestuosidad de éste gritaba por sí solo poder. ¿De dónde provenía la luz del principio? Era un lugar acogedor, iluminado por una lámpara de araña que colgaba imponente desde el techo. Grandes cortinas tapaban lo que creía era un gran ventanal, el dueño de ese lugar era alguien al que gustaba la oscuridad.

Posó su vista hacia otro sitio, un diván de terciopelo adornaba un rincón, parecía el nido perfecto para un par de amantes clandestinos. El ambiente cálido e íntimo llamaba a desbordar la pasión. ¿Qué era todo aquello?

De pronto sintió como unas manos grandes y fuertes rodeaban su aún estrecha cintura, un frío recorrió su espalda, le aterraba voltear y ver el rostro de ese hombre. Sintió vagar aquella pausada pero excitada respiración por su cuello, el lóbulo de su oreja y su mejilla derecha. Quería moverse pero no podía, su agarre era demasiado fuerte para zafarse de él.

Miedo.

Era exactamente lo que le provocaba aquel roce sobre su piel. Las manos vagaban por su abdomen con gran parsimonia, recorriéndola con posesión como si perteneciera al extraño, pero eso hacía que se helara más la sangre. Sintió un beso húmedo en la curva de cuello que terminó aterrándola aún más. ¿Quién era? -Se preguntó para sus adentros- pero hubiera preferido no saber la respuesta, una que llegó a ella con el susurro de una voz roca y áspera junto a su oído.

-Sabía que terminarías siendo mía. Siempre lo fuiste y siempre lo serás. -Junto a una risa que resonó por todo el lugar, la viró de forma brusca hacia él y la encaró con su mirada. Era el demonio en persona, aquellos ojos negros llenos de lujuria, odio y maldad pura hicieron que su piel se erizara. Él había ganado y ella estaba a su merced.

Sintió cómo apretaba su vientre con rabia pura, y supo lo que intentaba hacer.... Negaba con la cabeza, lloraba y suplicaba clemencia por su hijo, pero él no la escuchaba. Mientras más gritaba más satisfacción sentía al torturarla de aquella manera.

De pronto la soltó y le mostró una mano ensangrentada... miró hacia abajo y la escena no era mejor. La sangre corría por sus piernas... ¿Cuándo la había dejado desnuda? Madara le dedicó una sonrisa ladina y tocó su rostro, llenándolo de la sangre que había hecho brotar de ella. Intentó besarla a la fuerza...

Between LOVE & REVENGEWhere stories live. Discover now