Lo que el futuro depara

740 53 7
                                    

Valentina era feliz, no tenía nada de lo que quejarse. Yuri últimamente había dejado de ser tan irritante e incluso parecía preocuparse de verdad por el futuro de la resistencia. Además la relación con Chris iba viento en popa, nunca podría haber predicho que su vida iba a ser tan feliz.

Los días pasaban rápidamente, pero cuando llegaba la noche era el momento de la verdad. Yuri, en uno de sus momentos de buena voluntad había decidido enseñarle como levitar y hacer unos cuantos trucos completamente diferentes a los que su profesor trataba de enseñarle.

- Llega el momento de la verdad- dijo Yuri entusiasmado mientras permitía entrar a Valentina en su cuarto- Hoy será el día en que consigas bajar por ti misma, o te estampas contra el suelo.

Valentina puso los ojos en blanco, no necesitaba tener a Yuri diciéndole lo que pasaría si algo salía mal. Pero él era así no podía esperar nada más, solo podía alegrarse de que estuviera de buen humor.

- Supongo que no serás tan cruel como para dejar que me caiga ¿No?- preguntó mientras se sentaba en la cama de Yuri, aún faltaban unos minutos para que todo el castillo durmiera.

Repentinamente la cara de Yuri cambió completamente. Su sonrisa se desvaneció y comenzó a mirarla de una forma extraña. Echó a andar lentamente, paso a paso se iba acercando a ella. Valentina no sabía muy bien lo que estaba pasando, pero simplemente con su mirada podía predecir lo que pensaba hacer. No podía mover un solo músculo de su cuerpo, lo tenía a apenas unos centímetros de ella, pero parecía que una atracción le impidiera apartarlo.

- Valentina- susurró en su oído.

Había querido olvidar la última vez que tuvieron un momento tan íntimo, el momento del beso. Pero pese a querer obviar lo que pasó, no había podido y ahora se veía abocada a repetir su error.

Yo quiero a Chris

Se repetía en su cabeza una y otra vez intentarlo no olvidarlo. Pero tener cerca a Yuri provocaba extrañas sensaciones en ella. Abrió la boca, quería saber cómo era susurrar su nombre al igual que él había hecho. En ese instante él la miró a los ojos, y su mirada de completa pasión se transformó en una de divertimento, en su boca se formó una sonrisa malvada.

- ¡¡Odio que se tumben en mi cama!!- exclamó tirando a Valentina de la cama.

Gran forma de cargarse un momento que parecía tan bonito.

Por un momento Valentina no pudo hacer otra cosa más que plantearse como por un momento podía haber dudado de sus propios sentimientos. ¿Quién podría querer a semejante imbécil? Apenas un segundo después se odió a ella misma por haber pensado e incluso deseado que pudiera llegar a querer besarla.

Yuri se apoyó en el borde de la ventana, giró la cara para mirarla durante un instante y se precipitó al vacío. Valentina miró por la ventana y lo único que alcanzó a ver fue a Yuri llegando elegantemente al suelo. Contempló la luna durante un instante, como si fuera ser capaz de darle fuerzas para que el salto saliera bien. Respiró hondo y se tiró. No tenía nada que la sostuviera, solo su pensamiento. Sentía como su estómago se encogía y como su corazón latía precipitadamente. Todo iba a cámara lenta, lo suficiente como para que le diera tiempo para pensar lo que debía hacer. Abrió las palmas de las manos respiró y estas se calentaron. La caída frenó y comenzó a caer con más suavidad. La alegría la inundaba, lo había conseguido.

- ¡Que te caes!- susurró Yuri desde abajo.

Valentina solo tuvo un instante para mirarlo y ver como se reía. Pero ese instante de desconcentración hizo que volviera a caer con fuerza. Ya no caía a cámara lenta, y no tenía tiempo para volver a concentrarse.

La casa de muñecas (En edición)Where stories live. Discover now