Magia entre nosotros

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Fhant corroboró la excusa de Yuri. Tenía razón cuando decía que trabajaban para la misma causa. Yuri llevaba un par de años ayudando a los niños que Etisse hacía prisioneros para experimentar. Los sacaba del castillo y los protegía en el suyo, proporcionándoles cobijo y alimento hasta que estos decidieran irse. Había conseguido salvar a muchos, pero otros tantos no habían tenido la misma suerte.

- Tenemos que unirnos y acabar con esto- dijo con sumo entusiasmo Yuri.

No necesitó ni dos minutos para hacerse con el favor de La Resistencia. Su forma de hablar y actuar en ese momento eran propias de un rey que gobierna a su pueblo con firmeza y justicia. Todos estaban de su lado menos Chris. Las miradas de odio que este le propinaba parecían ser ignoradas por Yuri, pero no era así. Valentina tampoco dejó pasar aquella actuación. No sabía bien que hacer en ese caso. Sabía que en ese momento no la querría escuchar, pero se acercó a él para intentar entablar una conversación y arreglar las cosas.

- Es bueno que al final todo este saliendo bien- dijo Valentina sonriendo.

- Sobre todo para ti ¿No?- contestó con cierto reproche Chris- Al fin encontraste a tu príncipe azul.

Todos los momentos que había estado con Chris este había actuado de la mejor manera posible. Pero estaba claro que en ese momento estaba conociendo al Chris malo.

- Lo encontré hace tiempo ya.

Valentina trataba de hacerle ver que ella solo tenía ojos para él. Pero Chris malentendió sus palabras. Se apartó de ella con el ceño fruncido, abrió la boca para decir algo, la cerró y señaló hacia Yuri.

- ¿Lo conocías de antes?- la cara de completa sorpresa y rabia de Chris era todo un poema.

Lo único que pudo hacer Valentina ante aquella actuación fue reír. Se lo tenía que explicar, para evitar el malentendido, pero su forma de actuar resultaba entrañable. Le gustaba ver como Chris se ponía celoso.

- Me refería a ti, tonto- susurró a su oreja.

Chris ya no parecía tan preocupado y ya sonreía. Cogió a Valentina de a mano y se la llevó a la trastienda. Necesitaba volver a tenerla entre sus brazos, volver a sentir que era suya, y que pese a que nunca podrían casarse, siempre se querrían.

Yuri vio como hablaban, los observó con disimulo hasta que ambos desaparecieron. Intentó apartar de la cabeza aquel pensamiento. Él tenía otro objetivo, y no iba a permitir que se viera truncado por lo que sintiera o dejara de sentir.

Hacía unos meses que Yuri estaba trabajando en un experimento. Con ayuda de la gente que había salvado de Etisse, había conseguido llevar a cabo un gran descubrimiento. Podía conseguir separar la conciencia de las personas de su cuerpo. Con ello podían campar a sus anchas como si fueran fantasmas sin ser vistos. También podía cambiar de cuerpo las almas e incluso conseguir darles vida a objetos inanimados.

En un principio esa utilización de la magia parecía absurda. Pero su plan iba más allá, conseguiría infiltrar a gente dentro del castillo para escuchar las reuniones secretas que mantenía el consejo. También podrían evitar ser capturados en sus misiones secretas, y lo más importante ser portador del Don comenzaría a ser una virtud y no un problema.

- Tenemos que empezar ya. No tenemos tiempo que perder.

- Entonces, a ver que me quede claro- comenzó a decir Sail- Tenemos que ponernos en tus manos. Para que utilices magia con nosotros y hagas que nuestra mente se separe del cuerpo. Para caminar como fantasmas e infiltrarnos en el castillo y enterarnos de sus planes malvados- decía lentamente.

La casa de muñecas (En edición)Where stories live. Discover now