Yuri

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Valentina había cambiado su habitual atuendo por uno más cómodo. Un vestido no era un buen uniforme para infiltrarse en un castillo. Iba vestida con unos pantalones marrones demasiado grandes y una camiseta verde. Caminaba al lado de Chris mientras se dirigían hacía la taberna. Llegaron ahí, había unas cinco personas esperándolos, entre ellos Fhant y Sail. El estómago se le encogió nada más verlos y por un momento se planteó si de verdad estaba segura junto a ellos.

- Tranquila, Val- dijo cariñosamente Chris colocando su mano en la parte baja de la espalda de Valentina- No creo que ninguno de los dos ose meterse con la futura reina.

Curiosamente Chris tenía razón, ambos parecían mucho más educados con ella. ¿Era miedo? Le presentaron a las otras tres personas que les acompañarían un hombre de unos veintipocos años con cara de buena persona, llamado Rob. Una mujer con el pelo casi blanco y los ojos rojos como la sangre llamada Némesis y otro hombre con el pelo color fuego, llamado Félix.

- Veamos- comenzó a decir Fhant- Repasemos el plan, por si alguien no se ha enterado- prosiguió mirando a Valentina- Rob se encargará de abrir el portal para que pasemos al otro lado y tendrá que estar atento para cuando queramos volver. Némesis se encargará de deshacerse de las barreras mágicas. Mientras, Félix y Sail tendréis que dejar KO a todos los guardias. Entonces Chris, Valentina y yo nos meteremos dentro. La misión consiste en soltar a todos los presos que tiene y destrozar su laboratorio de los horrores.

Nada más terminar de hablar en la cara de Fhant se formó una sonrisa de maldad y a la vez de satisfacción. Se veía que disfrutaba haciendo esas cosas. Seguramente no las hacía simplemente por su seguridad, debía estar protegiendo a alguien.

Se adentraron en la oscuridad de la noche. Los siete caminaban sigilosamente en fila. Chris agarraba la mano de Valentina para transmitirle seguridad, cosa que Valentina agradeció. Llegaron hasta una especie de plaza, en el centro de esta había un rosetón dibujado. Rob se colocó en el centro y comenzó a hacer movimientos extraños con las manos, en voz baja recitaba unas palabras inatendibles. Repentinamente a su alrededor empezó a brillar una tenue luz violeta.

- Ya está- murmuró Fhant.

Los ojos de Rob se habían puesto en blanco, pero nadie más que Valentina parecía preocuparse por ello. Fhant caminó hasta colocarse en el centro del rosetón al lado de Rob. Un segundo después parecía como si se estuviese volviendo liquida y el suelo la empezara a absorber. Uno tras otro fueron pasando por ese extraño proceso, hasta que le tocó a Valentina.

- No tengas miedo- le instó Chris detrás de ella.

Respiró hondo y se colocó en el centro de esa extraña figura. Empezó a sentir como si el estómago le fuera a salir por la boca. Era una sensación parecida a la que había sentido cuando cruzó el espejo, pero la situación la hacía más siniestra. Cerró los ojos, y cuando los abrió sintió unos brazos agarrándola. Miró hacía arriba y descubrió a Sail. En cuanto sus miradas se cruzaron esta la soltó sin ningún cuidado, haciendo que cayera estrepitosamente al suelo. Chris llegó unos segundos después y la ayudó a levantarse.

Ya no se encontraban en medio de esa siniestra plaza. Ahora estaban en un callejón húmedo lleno de ratas. Valentina trató de no parecer muy asqueada por ello, no quería que siguieran pensando en ella como la princesita impertinente.

Caminaron hasta llegar a una puerta de madera bastante destrozada. Desde ahí Némesis comenzó a hacer movimientos extraños al igual que Rob, pero las palabras que murmuraba era distintas.

- Continuemos- dijo secamente Sail.

Dejaron atrás Némesis y continuaron con su camino. Se detuvieron frente a un inmenso castillo blanco. Parecía sacado de las fantasías de cualquier chiquilla pequeña. Félix y Sail se fueron cada uno por un lado distinto. Minutos después comenzó a escucharse un pequeño murmullo. Golpes y maldiciones por ambos lados, daban la señal para entrar dentro.

La casa de muñecas (En edición)Where stories live. Discover now