Recuerdos olvidados (Capítulo 13)

967 73 2
                                    

Por un momento me quedo petrificada, ¿Cómo sabe mi nombre?, pero eso instante para pensar se hizo demasiado corto. Ni me di cuenta cuando el viejo se me tiro encima enrabietado.

- Sucia bruja, ¿Cómo se te ocurre volver por aquí?- Exclama mientras lo agarro de los brazos para evitar llevarme algún puñetazo- ¡TRAIDORA!

Todo el mundo está perplejo, y yo la que más. Armin consigue quitarme de encima al anciano mientras este continua pataleando.

- Odonai, ¿Qué sucede?- pregunta Combus- ¿Por qué atacas a Val de esa manera?

- Ni se os ocurra acercaros a esa sucia bruja, os hará algún tipo de encantamiento para que caigáis rendidos a sus brazos, para luego traicionaros

- ¿Encantamiento?, lo dudo mucho- dice de repente Armin riendo- Confía en mi Odonai, te debes estar confundiendo, esta Valentina no tiene ni idea de magia.

- Mentirosa- Grita el hombre llamado Odonai, volviéndome a señalar- Ya has vuelto a hacer de las tuyas ¿Eh? Mentirosa, si pensabas que iba a olvidarte lo llevabas claro.

¿Nos conocíamos de antes? La verdad es que este hombre me resulta algo familiar, pero no logró recordar de que. Me lo quedo mirando entrecerrando los ojos y entonces viene a mi mente un recuerdo abstracto:

Estamos en un cuarto lleno de paja, parece una especie de establo. Reconozco a Odonai, mucho más joven que ahora, pero su corta estatura lo delata. En la otra punta del establo hay un hombre apoyado contra una pared mirando al suelo, también me suena pero tampoco sé decir de qué. Hay una joven a la cual tampoco se identificar, pero parece como si la conociera de toda la vida. Me giro y justo detrás mío me topo con unos ojos azules que me miran, es Yuri. Mi cerebro parece a punto de explotar, esto no tiene ningún sentido.

- ¿Te pasa algo, Val?- dice Yuri pasándome un brazo por encima de los hombros.

- ¿Qué le va a pasar? La agobias Yuri- Bufa el chico de la pared- Déjala en paz aunque solo sea un minuto.

- Ella puede hablar por si misma ¿Sabes?- dice Yuri encarándose con el otro chico- No tengo la culpa de que a ti no te haga ningún caso.

- Chicos, ¿Podéis dejarlo?- Susurra cabizbaja la chica interponiéndose entre los dos.

- No podías conformarte con uno, tenías que tenerlos a los dos y jodernos a todos- Masculla Odonai.

Agito la cabeza, para aclararme, pero antes de que pueda darme cuenta el recuerdo ha desaparecido. Odonai se acerca a mí con cara de curiosidad, me agarra de la muñeca y me obliga a agacharme. Estamos cara a cara sin decir nada, parece que este inspeccionando cada célula de mi cuerpo.

- ¿Qué acabas de ver?- Pregunta tranquilamente.

- A ti, a mí- digo dudando- A Yuri y dos personas más.

- ¿Sabes mi nombre?

- Odonai

- Entonces, lo recuerdas- Afirma mientras se peina la barba.

- No, Armin me lo dijo

- ¿No sabes quién soy?- Dice extrañado.

- Es la primera vez que vengo a este mundo.

- ¿Este mundo?- exclama- ¿Yuri tenía razón?

¿Cómo conoce el a Yuri? No entiendo absolutamente nada, y continuar hablando con este hombre no me está aclarando para nada las ideas. Me dejo caer sin apenas fuerzas sobre una silla y echo un sonoro suspiro. Noto con estoy empezando a tener ganas de llorar, esto es demasiado para mí. Y aunque haya intentado obviar todo esto, sé que me sobrepasa, y que quizás no debería haber actuado tan a la ligera.

- Valentina- musita el viejo- ¿Qué han hecho contigo?

No respondo, pues era una pregunta más para sí mismo que para mí. Armin le pide a Odonai que continúe su interrogatorio en otro momento, y yo se lo agradezco silenciosamente. Me tumbo en mi cama intentando ordenar mis ideas, pero dentro de tanto caos es imposible poner orden.

Me quedo un poco traspuesta en la cama, cuando oigo unos golpes en mi puerta.

- Adelante- digo temerosa de que sea Odonai para continuar su interrogatorio, o peor aún que sea Naima y venga a acosarme otra vez.

Todos mis miedos se disipan cuando veo entrar por la puerta la esbelta figura de Armin. Coge una silla y se sienta delante mío. Lo miro un poco perpleja, su pelo ahora es oscuro y su ojo dorado se ha vuelto azul. Se ve igual que la noche en que nos conocimos.

- ¿Qué ha sido todo eso?- pregunta abatidamente- ¿Por qué no me contaste que ya conocías a Odonai?

- No lo conocía. Bueno, no sé es algo raro, creo que lo conozco, pero no logro atar lazos del porque me suena.

- Val, si has venido aquí para hacer algo malo, puedes ir marchándote- Se planta y prosigue- Te traje aquí porque te vi indefensa, pero te juro que si intentas hacerles algo a alguno de esta casa, te arrepentirás. Y mucho.

Habla de una forma que nunca había oído de él. Parece que al igual que su pelo su forma de ser también se ha oscurecido. Me siento indefensa delante suyo, y lo peor es saber que ahora desconfía de mí.

- Armin, te prometo que ni siquiera sé que hago yo aquí- digo comenzando a llorar- No sabes el lio que tengo ahora en mi cabeza. Parece que dentro de mi cerebro haya puertas que no me dejan recordar cosas, y de repente se medió abren me dejan ver atisbos de cosas y vuelven a cerrarse. Ahora mismo no se ni quien soy realmente.

La expresión de su cara cambia radicalmente, coloca su mano en mi mejilla y enjuga mis lágrimas.

- No quería hacerte sentir así- dice arrepentido- pero compréndeme, no sabemos absolutamente nada de ti, te hemos adoptado como si fueras una más de la familia, y ahora Odonai dice que no eres lo que pensábamos que eras.

- Te entiendo- digo mientras coloco inconscientemente mi mano sobre la suya- No sabes lo feliz que me habéis hecho estos días, nunca había sentido que encajara en ningún sitio. Y aquí me siento como si ya hubiese estado antes, como si fuerais mi familia reencontrada.

Nos miramos a los ojos durante unos instantes, mi corazón comienza a latir alocadamente. No, no, no pienso nerviosamente, esta sensación otra vez no, por favor. Acerca su cara a la mía, los dos sabemos perfectamente lo que va a pasar y por unos instantes yo lo deseo. Luego mi cerebro toma el control de mi cuerpo y me obliga a girar la cara. Suelta una carcajada en mi cuello y se levanta. Pese a mi rechazo, la sonrisa no se borra de su cara.

- Según Odonai tienes un gran poder, así que mañana no podrás venirme con la excusa de que eres nula con la magia.

- ¿Mañana?- pregunto extrañada, pensaba que me iban a echar a patadas de ahí en cuanto pudieran.

- Odonai permite que te quedes, pero con la condición de que desarrolles tu magia al completo, dice que para pocas personas que tienen "El Don" no se deben desaprovechar.

Sale del cuarto, pero yo sigo sintiendo su aliento en mi cuello. Toco mi cuello, y sin poder evitarlo una sonrisilla asoma en mis labios.



La casa de muñecas (En edición)Where stories live. Discover now