Cuanta crueldad

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- ¿Tan cobarde eres?¿Piensas matarme así, sin dejarme utilizar la magia?- Digo intentando ganar tiempo antes de que decida acabar con mi vida de una vez.

- ¿Magia? Créeme estoy siendo muy clemente contigo sin utilizar mi magia- Responde riendo Armin.

Cada vez que trago saliva siento la fría cuchilla de la daga penetrándome y ardiendo en mi garganta sin ningún cuidado. El dolor se va disipando como señal de que poco a poco el final se va acercando. Miro el cielo y contemplo la luna rosa. Cierro los ojos para dejar de contemplar la funesta escena en la que me encuentro. Respiro hondo y espero pacientemente. Creo que ya he aceptado tantas veces que morir quizás no era tan horrendo, que en el momento que pienso que muero se me hace menos doloroso.

Estoy ensimismada en mis pensamientos, pero al instante siento como el peso del cuerpo de Armin sobre mi desaparece. Abro precipitadamente los ojos y veo a Armin tirado en el suelo con la cabeza sangrando. Trata de levantarse torpemente y cae de nuevo al suelo. Sin pensarlo dos veces me levanto y corro. En mi precipitada carrera alguien me agarra el brazo y me frena.

- No corras, te alcanzará- oigo que dice la voz en la oscuridad- Hay que terminar con él ahora.

Se encuentra cabizbajo y soy incapaz de verle la cara, pero reconozco su voz al instante. Miro su postura y sé que está herido o algo parecido. Yuri no puede luchar contra Armin, no podrá vencerlo.

Coloca su cuerpo delante del mío protegiéndome. Armin se consigue levantar pesadamente, en su cara se ve que no está precisamente de muy buen humor. Alrededor de las manos de Armin se comienza a acumular una densa nube de humo negro. Alza la mano y sale disparada hacia nosotros. Yuri me tira al suelo impidiendo que ese disparo nos alcance.

Miro su cara, está más delgado que de normal. Y sus ojos normalmente del color de la espuma del mar parecen apagados y más pálidos que de normal. No tarda ni un segundo en levantarse y ayudarme a levantarme. Las piedras derruidas por la explosión del disparo comienzan a levitar. En un principio que es cosa de Armin, pero gratamente descubro como Yuri mantiene las palmas de las manos hacia arriba para mantenerlas en el aire. Recuerdo todas esas veces que me intentó enseñar a hacer levitar naranjas, si salimos de esta he de enseñarle que al fin aprendí.

Las piedras salen disparadas hacia Armin, quien con un simple movimiento consigue hacerlas pedazos diminutos.

- Había escuchado cosas mejores de ti- dice riendo Armin- Me esperaba mucho más, no un simple truco de levitación.

Yuri sigue lanzando todos los objetos que encuentra a su alrededor sin tan siquiera rozar a Armin. Las manos de Armin comienzan a brillar. Mi estómago comienza a contraerse simplemente pensando en lo que puede ser capaz de hacer. Estoy un poco apartada de la pelea y tengo que observar desde fuera como las fuerzas de Yuri se van disipando y como Armin continua peleando sin un ápice de flaqueza.

Armin levanta una mano y Yuri comienza a flotar en el aire.

- Bueno, pensándolo bien. Igual este truco no es tan inútil- dice mientras ríe a carcajadas Armin.

Hace un brusco movimiento con las manos y Yuri cae con fuerza contra el suelo. Queda por un momento tirado sin apenas moverse. Tiene sangre en la nuca, quiero acercarme, ayudarlo. Pero me mira suplicante para que no me meta en la pelea.

Veo como Armin se acerca para colocarse delante suyo y mirarlo con prepotencia. Veo como lleva en sus manos la daga con la que antes me había atacado, Yuri apenas puede defenderse y sé que si llega a alcanzarlo lo matará.

La cabeza me da vueltas, soy incapaz de pensar como una persona normal. Los nervios no me permiten hilar de forma razonable. Su brazo se levanta alzando la daga que penetrará completamente la carne de Yuri. Veo como baja lentamente, todo a mi alrededor se encuentra retardado. Sin pensarlo dos veces subo mi brazo apuntando directamente a Armin. No sé muy bien lo que hago, sé que otras veces he sido capaz de hacerlo pero nunca quise asesinar a nadie. En cambio ahora mismo la ira me consume y deseo con toda mi alma ver el cuerpo de Armin tirado en el suelo con el corazón parado. Conforme mi cólera va en aumento percibo como todo mi cuerpo se llena de electricidad, como mi pelo se carga y flota alrededor de mi cara. Mi brazo comienza a calentarse, y mi mano brilla y arde a la vez.

La casa de muñecas (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora