Una corazonada

746 46 10
                                    

Valentina sabía que aquella actuación por parte de Chris no era normal. Pese a los avances que estaba consiguiendo con Yuri, tenía que hablar con Chris. Salió apenas unos segundos después que él, pero no lo vio por ningún lado. Todo a su alrededor estaba desierto, menos por la presencia de Yuri.

- ¿Quién era ese?- dijo detrás de ella.

Valentina había ignorado lo obvio. Yuri era su prometido, él no podía saber nada sobre Chris, lo que habían estado haciendo todo este tiempo no estaba bien, pero ahora que se iba a casar no tenía ninguna disculpa. No dijo ninguna palabra, cuanto menos supiera mejor, pero al parecer los sentimientos no son tan fáciles de ocultar.

- Al parecer no le ha sentado muy bien el vernos- comentó.

¿Él también había visto su cara? No habían sido imaginaciones suyas, Chris estaba molesto y tenía sus razones para estarlo. Encontrarlo en el castillo era más bien misión imposible, podía existir la opción de que volviera a la retaguardia en la casa fuera de Etisse, pero lo más probable era encontrarlo en la taberna. No iba a ser fácil salir de ese castillo sin ninguna ayuda, pero tenía que intentarlo al menos.

Comenzó caminar hacia su cuarto olvidando por completo la presencia de Yuri, quien se quedó quieto en su sitio sin seguirla. Las horas pasaban, y la tensión aumentaba. No era miedo lo que sentía Valentina. Ya había intentado salir otras veces y no le había sucedido nada. A lo que realmente tenía miedo, era al enfrentamiento con Chris. Su cara había sido suficientemente clara como para saber lo que sentía. Debía haberse enterado del compromiso, y entendía que le sentara mal. Pero él también debía entender que no había tenido otra opción, por eso debía hablar con él.

Acababa de terminar de cenar, y por fin había conseguido apartarse de nuevo a su cuarto. Se puso de nuevo la ropa que Chris le había dejado el día de la misión, esa ropa resultaba mucho más cómoda. Las lunas ya habían salido, y brillaban en el cielo tan espectaculares como siempre. Tuvo suerte y no se encontró con ningún guardia por el camino. La cocina estaba completamente desierta, y esta vez no se detuvo ni un instante para evitar que la pillaran con las manos en la masa. Estaba cruzando el umbral de la puerta cuando escuchó unos pasos tras ella. En un principio se sintió reconfortada al pensar que se trataba de Chris, pero no era así. Se giró, pero en la oscuridad era incapaz de distinguir nada, tan solo una sombra que poco a poco se acercaba a ella. De repente vio un chispazo proveniente de la mano de la sombra, y por fin vio su rostro.

Era Yuri. A la luz de la chispa de su mano, resultaba aterrador y fantasmagórico.

- ¿A dónde te diriges, querida?- preguntó con una voz fingida y demasiado melosa.

Valentina no sabía muy bien que hacer. Podía mentirle, pero por la forma en que la miraba, con el mentón en alto y con su habitual arrogancia, sabía que no tenía nada que hacer. ¿Acaso había descubierto lo que se disponía a hacer? No, no podía ser tan listo. Pero estaba claro que la había pillado, y ahora tenía que acarrear con las consecuencias.

- Iba a dar una vuelta- Dijo con la mayor seguridad que pudo- Una princesa necesita salir de vez en cuando del castillo.

Por un momento creyó que había funcionado su mentira. Pero él puso los ojos en blanco y volvió a mirarla.

- Haré como que no he escuchado ese intento de engaño- Otra vez con esa voz tan petulante- Te doy otro intento.

Como podía ser tan estúpido, como podía tratarla de aquella manera para sacarla de quicio. Estaba claro que no podía volver a mentirle.

- ¿Qué más te da que vaya a hacer?- preguntó ciertamente molesta.

- Teniendo en cuenta que soy tu prometido, pues me da y mucho- Se apartó un poco y se apoyó contra una de las mesas de la cocina- Aunque no me haría mucha falta preguntar. Simplemente quería oír de tu boca la verdad.

La casa de muñecas (En edición)Where stories live. Discover now