Pesadillas del pasado(Capítulo 12)

1K 76 3
                                    

Despierto en la casa, en la pequeña habitación compartida donde solía dormir. Miro las demás camas, están todas vacías. Entonces caigo en la cuenta de todo lo que me había sucedido, ¿Cómo había vuelto? Me viene a la cabeza la idea de que quizás nunca me fui, y todo había sido un sueño. Salgo del cuarto, y me asombro al ver que los transitados pasillos de la casa de La Señora Voleur están desiertos. Doy unos cuantos pasos hasta que oigo las pisadas de otra persona, lo cual hace que me deje de parecer todo tan extraño. Me asomo para ver quién es el que baja por las escaleras, y entonces lo veo, es Yuri. Él como siempre tan bien vestido con una pinta impoluta. Sonrío inconscientemente al verlo. Me ve y nos quedamos mirando fijamente a los ojos. Pero sus ojos ya no me miran de la misma manera, ya no está ese brillo en ellos. Su cara está completamente seria cuando me pregunta:

- ¿Quién eres tú?

Lo dice casi con desprecio. No sé qué me duele más si el hecho de que lo haya dicho de esa forma o el que no me conozca.

- Soy yo- respondo aun confusa- ¿Yuri?

En una centésima de segundo se ha plantado delante mío, y me ha empotrado contra la pared. Otras veces lo había echo de broma o incluso en mitad de un arrebato amoroso, pero esta vez no es una de esas. Me tiene agarrada de las manos y me mira con cara de pocos amigos.

- ¿Cómo has entrado?¿Pretendías robar, sucia humana?- ruge delante de mi cara.

No doy crédito a lo que estoy viviendo, mi respiración va cada vez más rápido, y soy incapaz de controlar las lágrimas que comienzan a caer por mis mejillas. Me siento como una completa idiota cuando me mira con esos ojos que otras veces rebosaban de amor.

- ¿No vas a contestar?¿Tú te lo has buscado?

Coloca su mano en mi pecho y de repente siento un calor que me abrasa la piel. Siento como mi cuerpo cae completamente inerte al suelo, y al segundo siguiente despierto.

Tengo la respiración entrecortada y las mejillas húmedas. Ha sido un sueño realmente extraño, pero los tengo desde que llegué a este lugar tan extraño. Me levanto de la cama y me dirijo hacia el cuarto de baño, aun no es de día, pero queda poco para que amanezca. Me meto dentro de una piscina natural que sirve de bañera y me quedo traspuesta durante un rato.

Hace tres días que llegué aquí, pero todo ha sido distinto, aquí no soy una sirvienta, soy una más del grupo que me acogió sin apenas conocerme. El primer día cuando me presentaron a todos me parecieron realmente raros, pero el segundo día cuando pude conocerlos mejor pude cerciorarme de que ciertamente eran muy raros.

Uno de los primeros días desperté con Naima en mi cama, no sé cómo demonios entró en mi cuarto, y como no pude darme cuenta. Tras el susto inicial la eche a patadas, pero ella parecía tan conforme pese al mal trato que le di. Llegue a la hora del desayuno y Combus volvió a explotar. Me explicaron que se combustiona muy fácilmente, de ahí su mote. Comí sin apenas hablar mientras todos me miraban, Ío se atrevió a hablarme y tuve una conversación bastante entretenida con él hasta que me pidió que le hiciera un favor no muy cortés. Se llevó una torta en la cara por mi parte y un golpe "Sin querer" por parte de Armin mientras este recogía. Visto lo visto me pareció que Myrna igual era la más normal del grupo pero me equivocaba. Intenté hablar con ella después de la comida, pero esta parecía más entretenida en despedazar un pobre pajarillo y comérselo. Por la tarde me reuní con Armin y estuvimos hablando sobre mis "Poderes".

- Algo debes saber hacer, estoy seguro de ello- decía con una gran sonrisa en la cara- Al principio vi que tenías algo raro, y aún no se el qué, pero si estás aquí es porque algún poder tendrás.

- Me intentaron enseñar a hacer levitar naranjas, pero era completamente nula

- Tienes un gran potencial, se puede ver desde lejos. Probablemente sería cosa del profesor, a partir de ahora te enseñaré.

Tras mencionar a mi antiguo profesor, me agobié mucho pensando en Yuri, y Armin se dio cuenta así que me dejó irme sin hacerme ninguna pregunta mas. Llegó la cena sin ningún problema, cenamos y yo me fui a dormir.

Oigo abrirse la puerta y salgo de mi sopor. Abro los ojos como platos al darme cuenta de que la puerta está abierta, hay una toalla en el suelo pero no hay nadie. Noto unos dedos en mi pierna y me pongo rígida en un instante. Pienso que ha sido cosa mía hasta que siento un pequeño mordisco. Naima. Le doy una patada y se estampa contra el borde de la piscina.

- Que dulce sabor- dice relamiéndose los labios- Y que contundencia en el golpe por favor. Me encanta.

- ¿Estás loca o que te pasa?- Digo saliendo del agua y tapándome lo más rápido posible.

- Insúltame, por favor- dice medio gimiendo- Oh si así, como sabes lo que me gusta

- Para de hacer cosas raras, te lo suplico.

- ¿Cosas raras? No veo que hay de raro en todo esto- dice plantada completamente desnuda delante mío.

- ¡Tápate¡

Camino hacia el salón, y me encuentro a Myrna caminando con su gran mazo al hombro y comiéndose una barra de pan.

Me siento para esperar el desayuno cuando oigo ruidos que vienen de la cocina. Sera mejor que ayude en algo, en vez de quedarme aquí de brazos cruzados. Entro en la estancia y el único que está ahí es Combus.

- Hola- lo saludo.

Se me queda mirando como si hubiese visto un fantasma. Abre los ojos como platos y se pone a mirar fijamente el suelo.

- Me llamo Val, llegué el otro día pero aún no habíamos hablado.

Vuelve a mirarme con los ojos como platos y empieza a temblar.

- Oh no no no- le suplico acercándome a él- no explotes por favor.

Y entonces ¡PUM¡ no mas Combus. Comienzan a caer cenizas, y yo no sé dónde meterme, me giro y veo que tengo a Armin detrás mirándome seriamente.

- Armin lo siento realmente yo no quería que le pasase eso te lo juro- digo medio lloriqueando.

Me mira a mí, agarra el plato que estaba cocinando Combus lo mira, me mira otra vez, se encoje de hombros y agarra una tostada. Se acerca a mi oído y me susurra:

- Entre tú y yo, las cenizas de Combus saben realmente mal.

No puedo evitar reírme ante ese comentario. Salgo de la cocina y me encuentro a todos sentados alrededor de la mesa. Parece una gran familia feliz, cada uno más raro que el anterior pero una familia. Me siento al lado de Armin y me pego todo el desayuno hablando con él. Me doy cuenta que tiene unos graciosos hoyuelos cuando sonríe, y que es realmente agradable estar con él. Es una persona tan trasparente, al contrario de Yuri ,en cada momento se puede saber cómo se siente y en que piensa. No sé porque los comparo pero son tan distintos que parecen polos opuestos.

Estoy a mitad de una carcajada cuando todo el mundo se calla. Me quedo mirando a todos, cuando se empiezan a levantar. Alguien acaba de entrar por la puerta pero no logro ver quién es. Ío y Myrna se apartan y entonces lo veo, es un anciano de corta estatura, la razón por la que todos se han callado. Levita y se coloca encima de la mesa justo enfrente mío, me mira y abre los ojos como platos. Me señala y dice:

- ¿Valentina?¿Eres tú?


La casa de muñecas (En edición)Kde žijí příběhy. Začni objevovat