Capítulo 1: Fresas

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Me siento una estúpida por el bobo comentario y el papelón que hice... Gale ahora sí debe odiarme. Y me apena que él no corresponda mis sentimientos.

Siempre he estado enamorada de Gale Hawthorne, bueno, desde que tenía casi doce años. Lo vi por primera vez en la ceremonia de la Medalla al Valor. Cada año, mueren mineros en accidentes, algunos bastante trágicos. Y ese año, hubo una enorme explosión que desgraciadamente mató a muchos, entre ellos, el padre de Katniss y el de Gale. A Katniss la ubicaba porque iba en la misma clase que yo, siempre callada y seria, no hablaba mucho y siempre regresaba a su casa con su hermana menor. Gale tenía trece, casi catorce años y no recordaba haberlo visto antes. Ya era muy alto y guapo. La gente hacía comentarios al respecto, en el salón del Edificio de Justicia. Mi padre me había preguntado por la mañana si quería acompañarlo a entregar las medallas y dije que bueno porque sabía que había una chica de mi clase, me daba pena por ella. Teníamos la misma edad, once años (aunque yo soy unos meses mayor y me faltaban días para cumplir doce), pero ahora ella cargaba con la responsabilidad de cuidar de su hermana. Lo mismo corría para todos los demás chicos. El Capitolio concedía la Medalla al Valor en casos especiales, en nuestro distrito, a los muchachos que quedaban a cargo de su familia cuando fallecía el jefe de hogar. También les daban una suma de dinero por tres meses, una subvención para sobrevivir mientras la madre viuda encontraba un trabajo en ese plazo.

Sin embargo, la señora Everdeen se sumió en una profunda tristeza de la que no salió en mucho tiempo, en vez de trabajar, se encerró en su casa, tal como mi madre se enclaustró al morir su hermana, mi tía Maysilee, que fue tributo en los Juegos del Hambre. Katniss y Prim seguían asistiendo al colegio, limpias y lo mejor vestidas que podían, pero se notaba a ojo de cualquiera que estaban perdiendo peso. Es lo común en las familias de la Veta cuando pasan apreturas. Pensé que duraría sólo un tiempo pero al cabo de los tres meses, en lugar de repuntar su situación, ambas estaban casi en los huesos. Me daba mucha pena y algunas veces le regalaba a Katniss una manzana o naranja que llevaba como parte de mi almuerzo y me daba las gracias y se iba a compartirla con Prim. Ellas comían la sopa o la mazamorra que daban en el comedor del colegio, pero aún así, me costaba mucho esfuerzo que aceptara mi fruta.

Gale iba dos cursos más arriba que nosotras dos, por lo que sólo lo veía a la entrada y salida de clases, alguno que otro recreo coincidíamos los tres pero como soy muy tímida, no me atrevía a hablarles y ellos parecían estar a gusto los dos, sin nadie más. Al terminar la jornada, Prim se les reunía y Gale se llevaba a sus hermanos Rory y Vick, tenían una hermanita bebé en casa también. Una madre viuda con cuatro hijos es una pesada carga. Por las tardes, Gale desaparecía y la gente murmuraba que hacía algún trabajo a cambio de comida. Pero la verdad (que supe después) es que iba al bosque a cazar conejos y otras presas con trampas de lazo. Así mantenía a su familia. Hazelle lavaba ropa ajena en casa para cuidar de la bebé que no podía dejar sola ni llevar a trabajar fuera. Les propuse a mis padres que la contrataran para el servicio doméstico pero dijeron que ya teníamos dos mucamas, Zira y Hannah, que tampoco aceptarían que trajera un bebé al trabajo. Propuse entonces que le diéramos nuestra ropa para lavar y planchar pero tampoco quisieron, "para eso tenemos personal en casa", alegaron ellos. De todos modos hubo veces que había exceso de trabajo o una de las dos mucamas se enfermaba y entonces yo acompañaba a la otra a entregar o buscar un pedido de ropa. Muy de tarde en tarde veía a Gale en casa cuidando de sus hermanos, su madre había iniciado el rumor que trabajaba haciendo arreglos o encargos para que no llegara a oídos de las autoridades que estaba cazando en el bosque fuera de la valla electrificada. Hay un hermoso bosque que rodea casi todo el distrito 12, pero entrar en él está prohibido absolutamente; lo mismo para la caza y porte de armas. No entendía entonces muy bien el por qué de las estrictas medidas del Capitolio con los distritos. Para mí y para muchos, el bosque era prohibido y punto. No se cuestionaba. Punto.

Gale y Madge: Fresas en el BosqueWhere stories live. Discover now