Llegó el jueves por la tarde-noche, Pedro habia llegado antes a la cafeteria para que ellas se pudieran ir antes a casa y esperar a su madre.
Carol estaba en la cocina metiendo la compra que habian echo de camino hacia alli, Eva estaba haciendo una ensalada mientras escuchaban la radio.
- ¿Crees que les hará muchas preguntas? - preguntó Carol acercándose a ella cuando terminó de colocarlo todo.
- Pues no sé, supongo que las que una madre le hace al novio de su hija. - se encogió de hombros.
- Entonces será doble, porque somos dos. - se rió señalandolas.
- ¿Tú crees? - preguntó con una mueca.
- Claro que sí, tonta. - sonrió abrazandola de medio lado – Ya verás como no deja de hacerles preguntas a los dos. - se rió.
- Que vergüenza, por favor... - se rió.
Escucharon la puerta de la casa abrirse y junto a eso, entró un dulce olor a bizcocho de chocolate recien echo.
Celia entró en la cocina con varias bolsas en las manos, las saludó con un beso en la mejilla a cada una al pasar por su lado y dejó las bolsas en el suelo, abrió la despensa y metió una caja dentro de ella.
- ¿Eso que huelo es bizcocho de chocolate? - preguntó Carol con una enorme sonrisa, acercándose a la despensa.
- Quieta ahi ahora mismo, ¿eh? Es para despues de cenar. - dijo su madre con una sonrisa.
- Jo, ¿no puedo coger ni un trocito? - preguntó poniendole un puchero.
- No. - se rió, miró la hora y les sonrió - ¿Cuando me dijisteis que venian?
- Sobre las nueve y media mas o menos. - sonrió Eva.
- Pues como no os deis prisa, no os da tiempo a arreglaros. - se rió.
Carol miró la hora en el reloj de cocina y abrió los ojos sorprendida, cogió a Eva de la mano y tiró de ella hacia fuera. Subieron las escaleras rapidamente escuchando las risas de su madre y llegaron a la habitacion de Carol.
- ¿Qué nos ponemos? - preguntó neriosa, abriendo el armario.
- Carol, tranquila. Son ellos los que vienen a conocer a tu madre, no nosotras las que vamos a conocer a su familia. - se rió Eva mirandola.
- Es cierto, pero es que estoy nerviosa. - sonrió sentandose en la cama.
- Mira, Blas te va a ver guapa con lo que te pongas, asi que, no tienes que esmerarte mucho. - le sonrió mirando en el armario – Ten, con esto estaras guapisima.
Eva le tendia unos vaqueros pitillo color azul muy clarito, pareciendo blancos junto con una camiseta roja de cuello a la barca ancha y de manga hasta el codo. Se agachó y cogió las manoletinas favoritas de Carol, unas color rojo desgastado.
- Gracias, Eva. - sonrió abrazandola, cogió la ropa y se encaminó hacia la puerta – Voy yo primero y despues te ayudo a ti, ¿vale? Que yo siempre tardo mas que tú. - se rió.
- Ve, corre. - se rió con ella haciendo un gesto hacia la puerta.
Mientras Carol iba al baño para arreglarse, Eva se fue a su habitacion. Cerró la puerta detras de ella y se apoyó en ella con media sonrisa en la cara, observó a su alrededor la que era su habitacion. Una habitacion un poco mas pequeña que la de Carol, con una cama de matrimonio pegada a la pared y un pequeño escritorio junto a la ventana, donde tenia sus cosas personales, las cuales incluia una fotos de las cinco, otra con los chicos y otra abrazada a Álvaro. Enfrente del escritorio estaba su armario, se acercó para abrirlo y sonrió al ver la ropa que habia dentro, toda la que sus amigas le habian comprado ese verano.