Una chica que va por la calle haciendo fotos con su cámara, se encuentra a un grupo de chicos riendo en una postura y con la luz adecuada para sacar la foto perfecta. La chica la saca y al mirar la pantalla de su cámara, no se da cuenta de que hay alguien delante de ella hasta que ve una sombra sobre ella y escucha un carraspeo de garganta. Ella alza la mirada y ve unos ojos verdes observándola divertido:
- Si querías una foto solo tenias que pedirla. – sonrió el chico -. Podemos darte un autógrafo si quieres también. – dijo señalando hacia sus amigos, que seguían hablando.
- Eh… ¿Por qué iba a querer un autógrafo vuestro? – preguntó ella tímida y confusa, mirándolo con el ceño fruncido.
El chico la miró alzando las cejas, sorprendido. La miró de arriba abajo y sonrió al ver que no lo había reconocido.
- No importa. – se encogió de hombros sin quitar la sonrisa - ¿Me dejas ver la foto que nos has hecho? – preguntó señalando la cámara.
- Claro. – dijo desconcertada.
El chico se acercó a ella un poco más y observó la cámara de ella, viendo a sus amigos y a él en la pequeña pantalla de la cámara.
- Está muy bien, ¿eres profesional? – le preguntó mirándola.
- No, soy una simple aficionada. – sonrió.
- Podría recomendarte si quieres…
- No te preocupes, creo que podré apañármelas sola, gracias. – respondió ella mirando hacia otro lado.
- ¿Quieres que te presente a los demás? – preguntó el chico antes de dejar que se marchara.
- La verdad es que tengo que marcharme. – respondió ella mirándolo de nuevo.
El chico miró hacia sus amigos que lo miraban curioso y dos de ellos se acercaron a ver qué hacía.
- Blas, ¿Qué haces? Te estamos esperando, tenemos que irnos. – dijo un chico rubio con un sombrero.
- Vale, Carlos, ya voy… - dijo con un suspiro mirando a la chica, que no se había inmutado al verlos acercarse.
- Vamos, tío, llegamos tarde. – dijo dándole una palmada en el hombro.
- Espera, Carlos, ¿tienes un bolígrafo? – le preguntó a su amigo.
Carlos lo miró frunciendo el ceño y sacó del bolsillo trasero de su pantalón un pequeño bolígrafo y se lo tendió, Blas lo cogió y cogió la mano de la chica, que lo miró sorprendida y retiró la mano un poco.
- Me gustaría que subieras esa foto a twitter y que me pusieras una mención, aquí tienes el mío. Espero esa foto, ¿eh? – dijo apuntando en el dorso de la mano su twitter con el bolígrafo que le había prestado su amigo. -. Nos vamos y encantado de conocerte, chica sin nombre. – añadió sonriendo dándose la vuelta para marcharse.
Blas, junto con Carlos y David, volvió con el resto de los chicos, que los miraban curiosos.
La chica se quedó mirando su mano, en la que ponía con una letra muy bonita: @BlasAuryn. La chica se quedó pensativa pensando en que le sonaba ese nombre y también en cómo iba a poner la foto ahí sino tenía twitter ni sabía como hacerlo. Con una sonrisa, sacó su móvil del bolsillo y llamó a una de sus mejores amigas.
- ¡Carol! ¿Qué tal, cariño? – respondieron del otro lado de la línea.
- Bien, Luci, bien. Tengo que contarte algo y necesito tu ordenador, ¿vienes a mi casa o voy yo a la tuya? – preguntó mirando su reloj.