Capitulo 41. ~Mis abuelos me matan. ~

2.8K 74 1
                                    

Eva seguía mirando a Álvaro haciéndolo sufrir mientras ella sonreía de forma malvada por dentro, aunque en su cara reflejaba una perfecta cara de poker y una mirada que él no supo identificar.

-¿No? Vale, no importa, lo entiendo… - dijo desilusionado, dejándose caer en el colchon boca arriba.

-Eva se rió y se incorporó, su puso de rodillas en la cama y se acercó a él con una enorme sonrisa en los labios.

-¿En serio piensas que te voy a decir que no? – preguntó mirándolo desde arriba.

-No sé, lo comprendería si lo hicieras. – le respondió encogiéndose de hombros.

-Pues entonces eres mas tonto de lo que pensaba. – se rió, llevó una mano a su mejilla y la acarició con ternura, se agachó un poco, lo justo para rozar sus labios, y murmuró sonriendo: - Si me repites la pregunta, podré contestarte como es debido.

Álvaro sonrió y pasó sus manos por la cintura de ella, tiró de ella, haciendo que se tumbara encima de él.

-¿Querrias salir conmigo? – preguntó junto a sus labios con una sonrisa.

-Contigo me irira hasta el fin del mundo. – sonrió besándolo.

Álvaro sonrió y le devolvió el beso abrazandola por la cintura, giró y quedó encima de ella.

-¿Te vale esa contestación? – se rió mirándolo, pasando sus brazos por los hombros de él.

-Me encanta esa contestación. – rió con él, besándola de nuevo.

La besó por largo rato, ella le acariciaba la espalda mientras lo besaba sintiéndose feliz en esos momentos tan oscuros para ella.

-Así que, ¿ahora puedo decir que eres mi chica? – preguntó con una enorme sonrisa, separándose para mirarla.

-Si quieres… - se rió ella pasando sus brazos por los hombros de él.

-Mi novia. – sonrió.

-Suena bien. – se rió.

-No sabes cuanto deseaba poder decirlo. – sonrió besándola.

-Podias haberme preguntado antes. – se rió devolviéndole el beso.

-Es verdad, no lo había pensado. – se rió.

Siguieron así hasta que unos suaves todos en la puerta los hizo separarse. Álvaro le dio un beso corto y se sentó a su lado en la cama, Eva también se sentó y apoyó su mejilla en el hombro de él riendo.

-Pasa. – dijo sin dejar de reír.

La puerta se abrió y Lucia asomó la cabeza avergonzada.

-Hola. – sonrió – Siento interrumpir, pero vosotros llegais tardísimo y a nosotras nos esperan para matarnos por no avisar de que no íbamos a dormir. – hizo una mueca – Será mejor que nos vayamos ya.

-Que bruta eres, Lu. – se rió Eva.

-Es cierto, ya veras cuando lleguemos. Anoche no llamé a mi abuela para decírselo porque me quedé totalmente frita y mi abuelo seguro que se ha pillado el cabreo del siglo.

-Bueno, en ese caso, como no queremos morir, - soltó una risita – vámonos antes de que sea peor.

-¿Qué hora es? – preguntó Álvaro mirándolas curioso.

-Casi las once y media. – respondió Lucia con una mueca.

-¡¿Qué?! ¡A nosotros sí que nos matan! – exclamó levantándose de un salto de la cama.

¿Cuándo te volveré a ver?Where stories live. Discover now