Marta llegó con los chicos y se giró para decirle algo a Eva con una sonrisa, pero no la encontró. Frunció el ceño y la buscó entre la gente para ver si se había quedado atrás, pero no la vio.
- ¿Y Eva? – le preguntó Álvaro mirando a su alrededor.
- No lo sé, venía detrás de mí y ahora no está. – respondió preocupada.
Marta sacó el móvil de su bolsillo y la llamó, pero no se lo cogió, cosa muy extraña, probó de nuevo, pero no obtuvo respuesta.
- Esto es muy raro, no me coge el móvil, ella siempre me coge el móvil. – dijo alterada, mirándolos a los dos.
- Haber, tranquila, prueba de nuevo y si no lo coge, iré a buscarla. – le dijo Álvaro poniendo una mano sobre su hombro para tranquilizarla.
Marta le llamó de nuevo, pero tampoco lo cogió, por lo que Álvaro fue a buscarla por el pub, al igual que Dani y ella, que no se separaron.
Un rato después, regresó junto a ellos, pero tampoco tenían noticias de ella y ya estaban muy preocupadas.
- ¿Y no se habrá ido a su casa? – preguntó Dani mirándola, pasándose una mano por la nuca, poniéndose de puntillas, mirando por encima de la gente para ver si la venia.
- No, se queda hoy a dormir en mi casa, tenemos que irnos juntas. – respondió Marta preocupada - ¿Y si le ha pasado algo?
- Tranquila, voy a buscarla fuera, sino está allí, llamaremos a Carol y a Blas para ver si saben algo. – la tranquilizó Álvaro -. Si la encuentro fuera, te llamo con su móvil, ¿vale?
Marta asintió y siguió buscándola entre la gente junto a Dani, que no se separó de ella en toda la noche.
Álvaro salió a la puerta y miró por encima de la gente que había abarrotada en puerta para ver si la encontraba, miró varias veces a su alrededor hasta que vio a una chica sentada en el suelo abrazándose las rodillas y con la cabeza agachada, vestía como se suponía que debía de vestir Eva, por lo que se acercó rápidamente a ella.
Al llegar junto a ella, se puso en cuquillas frente a ella y le tocó un hombro, haciendo que se sobresaltara y lo mirara asustada.
- Tranquila, soy yo. – le sonrió dulce - ¿Qué pasa? ¿Por qué estás llorando? – preguntó con voz suave, quitándole las lagrimas de las mejillas con su dedo.
Ella negó con la cabeza y la bajó hasta ponerla sobre sus rodillas de nuevo, abrazándolas mas fuerte, intentando así contener los sollozos que comenzaban a salir de nuevo de su pecho. Álvaro se levantó y se sentó al lado de ella, mirándola preocupado, sin saber muy bien qué hacer.
- Eva, cuéntame que te pasa, sino lo haces, no podré ayudarte. – dijo con voz suave, poniendo una mano sobre el brazo de ella. Eva se apartó un poco debido a su contacto y él la miró confuso -. Por lo menos déjame tu móvil para que le diga a Marta que te he encontrado, está muy preocupada por ti. – le pidió mirándola.
Eva alzó la cabeza y lo miró durante unos segundo, después, sacó su móvil del pantalón y se lo tendió con mano temblorosa. Álvaro marcó el número de Marta, quien contestó rápidamente.
- ¿Eva? ¿Eva, donde estás? – dijo alterada.
- Tranquila, Marta, está aquí conmigo, pero no vamos a entrar de nuevo.
- ¿Por qué? ¿Qué le pasa? – preguntó alterada.
- Nada, solo que vamos a dar una vuelta por aquí, no te preocupes. – la apaciguó.
