Eva se separó de un salto de Álvaro, miró hacia atrás buscando la procedencia del agua que ahora la calaba totalmente. Dándose la vuelta, se encontró con una chica pelirroja, con una mirada fría y una sonrisa de satisfacción mientras sostenía un pequeño cubo de agua en la mano.
Eva miró a Álvaro, que las observaba sorprendido y curioso y respiró hondo, se quitó el pelo empapado de la cara y le dedicó a la chica una dulce sonrisa.
- Muchas gracias, tenia calor. – le dijo con voz suave.
La chica pelirroja abrió los ojos sorprendida al no esperar esa reacción y la fulminó con la mirada, dándose la vuelta exageradamente para mover su pelo, y marchándose, seguida de una chica rubia, que miró a Eva con una mirada de disculpa y se marchó detrás de la pelirroja.
La gente que estaba alrededor de Álvaro y Eva, la miraban curiosos, ya que estaba completamente empapada. Ella se giró con un suspiro hacia Álvaro y sonrió apenada cuando dijo:
- Perdona el espectáculo, pero la chica es así.
- No importa. ¿Tú estás bien? – le preguntó con una pequeña sonrisa.
- Sí, un poco helada, pero bien. – se rió -. La muy asquerosa le ha puesto hielo al agua. – se quejó pasándose las manos por los brazos para quitar las gotas que los recorrían.
- Ven, te ayudaré a secarte.
Álvaro la cogió de la mano y la levó hasta el baño, donde había una larga cola para entrar, por lo que optó por buscar a Dani, que lo encontró en la barra, hablando animadamente con Marta.
- ¿Pero que te ha pasado? – preguntó Marta mirando a su amiga asombrada y preocupada.
- Una chica le ha tirado un cobo de agua por encima, así, sin más. – respondió Álvaro por ella encogiéndose de hombros.
- Claudia, ¿no? – preguntó Marta alzando una ceja.
- Exacto. No la había visto aquí hasta lo del agua. – respondió Eva abrazándose a sí misma ya que se había dado cuenta de que sus camisetas blancas dejaban transparentar su ropa interior -. En fin, chicos, - suspiró - me lo he pasado genial, pero creo que me voy a ir a casa ya. – sonrió triste.
- No, de eso nada. – dijo Álvaro mirándola serio -. Es tu cumpleaños, por haberte mojado un poco no te vas a ir.
- ¿Un poco? Se me transparenta todo. – dijo avergonzada.
Él sonrió pícaro y se acercó a ella para decirle al oído:
- Así, estás muy sexy.
Eva se puso roja como un tomate y agachó la cabeza sonriendo avergonzada.
- Mira, hacemos una cosa. Te dejo mi camisa y te cambias. – se ofreció Álvaro señalando su camisa de cuadros, bajo la cual llevaba una camiseta de manga corta blanca.
- No, no hace falta. Mejor me voy a casa.
Álvaro se giró hacia Marta serio y con una ceja alzada, esperando cooperación por parte de ella, quien se reía por la situación.
- Venga, Álvaro tiene razón, no puedes irte ya, es tu cumpleaños, Eva. – sonrió Marta mirándola suplicante.
Eva suspiró y dijo con rendición:
- Está bien, déjame tu camisa, pero te la devuelvo luego, ¿eh?
Él sonrió y se quitó la camisa antes de que se arrepintiera y se la tendió. Eva la cogió ruborizada y cogiendo a Marta de la mano, tiró de ella hacia los baños.
