Capitulo 18 ~No puedo aceptar esto... ~

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Después de estar un rato haciendo zapping, Eva dejó un canal de dibujos en el que estaban poniendo Tom & Jerry en ese momento. Se recostó en el sofá para verlos y sin darse cuenta se quedó dormida.

El sonido del interfono la despertó de un sobresalto, miró la hora y habían pasado casi una hora desde que se había tumbado ahí. Se levantó y fue a mirar quien era.

-          ¿Quién es? – preguntó al descolgar el telefonillo.

-          ¡El coco! – respondieron tres voces riendo.

-          Pues al coco no le abro, lo siento… - se rió ella también.

-          Venga, abre, que esto pesa. – se quejó Carol.

Eva abrió la puerta de abajo y esperó en la puerta del piso, la dejó abierta y se apoyó en el marco, cruzada de brazos.

Se escuchaban risas en el ascensor, cuando las puertas se abrieron, Marta salió riendo con un par de bolsas en las manos, al igual que Lucia, que salió detrás de ella. Carol en cambio, llevaba una caja grande y de aspecto pesado en sus brazos.

-          Eso, vosotras reíros y dejad que me hernie, luego caerá sobre vuestra conciencia. – se quejó caminando sin ver por donde andaba.

-          Anda, deja que te ayude… - se rió Eva acercándose a ella para coger la caja.

-          No hace falta, cariño, ya he llegad… - dijo dejando la caja en el suelo del salón, se giró hacia ella y le dio un beso en la mejilla - ¿Qué tal todo por aquí? ¿Todo bien?

-          Mejor que en mi propia casa. – aseguró cerrando la puerta detrás de ella, miró la caja y las bolsas que las demás habían dejado en el suelo junto a esta - ¿Qué es todo eso?

-          Ropa, zapatos… todo lo que necesitas. – sonrió Marta.

Eva las miró con los ojos muy abiertos, Lucia cogió una bolsa y se la tendió. Eva la cogió sorprendida y la abrió, sacando varias camisetas de tirantes de distintos colores y algunas de manga corta.

-          Chicas, todo esto tiene etiqueta, ¿no lo habréis comprado, verdad? – las miró serias.

-          No, claro que no. – se rió Carol, la cogió de la mano y tiró de ella hacia el sofá -. Hemos ido a la tienda y nos hemos puesto a probarnos ropa, como nos ha gustado, le hemos quitado la alarma y nos las hemos traído… - dijo irónica, mirándola con una ceja alzada - ¡Pues claro que la hemos comprado, tonti! – se rió.

-          Pues ya la estáis devolviendo, no puedo aceptarla. – dijo seria, mirándolas a las tres.

Marta se levantó del sofá y cogió las bolsas, volvió junto a ellas y las vació encima de la mesa de centro que tenían delante.

-          No vamos a devolver nada porque te hace falta, Eva. ¿Cuánto tiempo llevas sin comprarte ropa y zapatos? ¡Hace años! Esto te lo vas a quedar quieras o no, porque no pienso devolver nada. – le dijo seria, sentándose junto a ella.

Eva cogió una camiseta de hombro descubierto color azul y miró la etiqueta.

-          Marta, esto cuesta más de 10€, ¿Cómo pretendes que me lo voy a quedar? – le dijo seria.

-          Porque todo lo hemos comprado en las rebajas y eso es lo único que ha salido “más caro”. – respondió haciendo las comillas en el aire, cogió otra camiseta del mismo color con estampado de alas de ángel y alguna estrella y le enseñó la etiqueta -. Mira, esta no llega a valer ni 3€. – sonrió -. Quédatelas, no nos hagas un feo.

¿Cuándo te volveré a ver?Where stories live. Discover now