Se quedaron unos minutos esperando a que el resto avanzara lo suficiente como para desaparecer por la calle y así ellos poder hablar tranquilamente y empezaron a caminar despacio.
- Yo… quiero saber una cosa. – dijo mirándolo.
- Dime.
- ¿Qué es lo que se supone que hay entre nosotros? – preguntó mirándolo seria.
Blas se quedó pensativo durante unos segundos mientras caminaban, la hizo parar y girar para quedar frente a él.
- Por mi, te pediría que fueras mi novia ahora mismo, pero aun no lo he hecho porque creo que es muy rápido y que me dirías que no, por eso te dije antes todo eso. – sonrió.
- Entonces… ¿quieres ir en serio conmigo? – le preguntó empezando a sonreír.
- Completamente.
Carol sonrió y apartó la mirada, tiró de su mano y comenzaron a caminar de nuevo.
- Veras, tengo que contarte algo, fue algo muy importante para mí y que marcó mi vida… - dijo mirando hacia delante, con la voz un poco entrecortada por los recuerdos que paseaban por su mente en ese momento.
- Si te vas a poner mal, no lo hagas, Carol. – dijo él llevando sus manos entrelazadas a los labios y besando la de ella.
- Es mejor que lo sepas antes de que pueda llegar a pasar nada entre nosotros, si es que pasa. – sonrió mirándolo, con ojos acuosos.
- No quiero que estés mal, cariño, es lo último que quiero. – dijo abrazándola.
Estuvieron unos minutos abrazados, dejando de caminar, Carol suspiró y se separó de él con una pequeña sonrisa.
- Bueno, empecemos. – sonrió mirándolo, empezando a caminar de nuevo, solo que muy despacio -. Hace dos años, conocí a un chico de mi instituto, iba a la misma clase que yo, estudiaba lo mismo que yo… No hablábamos nunca, solo nos dedicábamos alguna que otra miradita a lo lejos o alguna sonrisa, pareciendo tontos, pero nada más. Hasta que un día, la profesora de latín nos puso de pareja para hacer un trabajo con presentación y demás. – sonrió negando con la cabeza -. Ese día creo que fue el que más vergüenza pasé de toda mi vida, - se rió entre dientes – teníamos que quedar para hacer el trabajo, pero ninguno de los dos se animaba a hablar… Tres días antes de tener que entregar la presentación, me armé de valor y le hablé, quedamos para juntar el trabajo que habíamos hecho por separado cada uno y prepararlo para que saliera bien y eso… De ahí empezamos a conocernos y todo lo demás llevó a que me enamoré de él, de sus ojos, de su sonrisa… - suspiró -. Empezamos a salir como un tonteo primero, a mi me dolía verlo tontear con otras chicas mientras que me decía que yo era la única, la que de verdad le importaba… – rió irónica, negando con la cabeza -. Llegó el día en el que le di a elegir entre todas con las que se enrollaba y yo, y por maravillas de maravillas, ¡me eligió a mí! – se rió de nuevo, pero amargamente -. Pero un día, después de llevar casi un año juntos, justo el día en que lo hacíamos, me lo encontré liándose con una chica, justo en el sitio donde habíamos quedado él y yo para celebrar nuestro primer año juntos, como una ocasión especial.
- Pues menudo capullo. – dijo Blas serio.
Carol sonrió de medio lado y miró hacia delante.
- Cuando se separaron al verme, yo no podía creer que la chica con la que mi novio estaba besándose fuera la misma chica que decía ser mi amiga – murmuró con dolor.
