Capítulo 53

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—Es que no lo entiendo.

 No, es que Tom definitivamente no quería comprenderlo. Era tan simple como prestar atención a todo lo que Vanesa le decía para entenderlo todo, para darse cuenta de qué manera ella lo quería y pasa saber exactamente por qué ella lo besaba así. 

Pero para Tom era tan extraño que alguien se sintiese atraído por él. Es como si su cabeza lo hubiese bloqueado. Él tenía asumido que nadie lo querría nunca y entonces llegaba ella y ponía su mundo patas arriba. Solo lograba confundirlo.

—Tom. —Ella cerró los ojos y se ocultó cubriéndose con las mantas y apegándose más a su pecho—. No me preguntes más, tú no quieres entenderlo y yo no tengo la culpa de ello.

—¿Entonces yo soy quien la tiene? 

Él, para su sorpresa, le correspondió el abrazo,y la mantuvo apegada a su cuerpo.

—No he dicho eso.

—¿Entonces qué quieres?

 —Quiero besarte.

Vanesa se mordió la lengua, arrepintiéndose de haber dicho aquello. Tom seguía sin entender, era como un ciego por no poder ver todas esas señales. Es como si no la escuchase.

—Ah... —él trató de hablar.

—Olvídalo.

—No.

—Tom, ya para. Me siento un poco humillada. —Vanesa quería llorar—. ¿Por qué mejor no te duermes?

—No quiero.

—Por favor.

—¿No querías besarme? 

Claro que lo quería, era algo que Michelle había notado sin ni siquiera conocerla. Era obvio ante toda la escuela, ante sus padres, era obvio para todos menos para Tom.

—¿Ya y? 

Vanesa se descubrió temblando de nervios y volvió a enfrentarlo. No podía comprenderlo, él la confundía tanto.

—Ya no sigas, mejor regreso a mí...

—Hazlo. —Él la interrumpió—. No si no quieres, no quiero obligarte. Simplemente si quieres hacerlo, hazlo. No es que no me importe si lo haces o no. También me gusta.

Bien, le gustaban sus besos pero no le gustaba ella. Al menos era un avance. Se sintió conforme con eso, pero quiso preguntarle por qué las cosas pasaban así.

Tom era complejo, y también era demasiado tímido como para besarla él mismo. Ella supuso que todo se debía a las extrañas mariposas que sentían cuando se besaban, por eso Tom le estaba correspondiendo.

—Te quiero  —le dijo a él y ni siquiera esperó una respuesta. Buscó su mejilla para posar su mano y se alzó para besarlo. Tom estaba esperándola, tenía los labios humedecidos y tibios.

A ella iba a dolerle mucho todo lo que sucediera, pero no podía evitar quererlo así, que su corazón latiera de manera tan desenfrenada cuando sus labios se tocaban. Y Tom le correspondió, él atrapó su boca y se inclinó, deseando llevar el control de la situación por primera vez.

Le sorprendió que Vanesa lo aceptara de aquella manera. No sabía por qué ella lo quería así, no sentía asco de él. Pero estaba bien, lo apreciaba, lo valoraba, él también la quería.

Vanesa se estremeció cuando Tom acarició su mejilla y jadeó contra su boca, pero él aprovechó cuando sintió sus labios separarse para rebuscar entre ellos. Una fuerte descarga se extendió por todo su pecho. Sus lenguas se encontraron.

Lo quería, lo quería y no había más que decir. Quizás Tom no de la misma manera, pero no importaba, se conformaba con lo mucho que él le regalaba. Ella no lo iba a presiona, era suficiente con lo que había, no quería arruinar nada.

Ella nunca antes se había enamorado, y ahora que lo estaba, se daba cuenta que no era como todos lo pintaban.

Mi Nerd Favorito.Where stories live. Discover now