Capítulo 37

16.5K 1.1K 9
                                    

—¡Natalie!

—No, Tom, de verdad que no puedo hacerlo. Quiero, pero no puedo. ¿Por qué te cuesta tanto comprenderlo? —La rubia bufó sintiéndose presionada.

La cabeza iba a estallarle en cualquier momento.

Ella odiaba guardarles secretos a sus amigos, y Tom ya había pasado a ser uno de ellos, pero también odiaba que la obligaran a contar cosas que no podía.

Vanesa confiaba en ella, no podía defraudarla por mucho que deseara contarle a él la verdad.

—Vamos, Nat. ¿Por qué no te pones en mi lugar?

—Puedo comprenderte, Tom, pero ¿por qué no te pones tú en el mío? Vanesa también es mi amiga, y yo no pienso estar revelando todos sus secretos así como así.

—Estaba llorando.

—No te preocupes por eso.

—¿Cómo quieres que no me preocupe? ¿Qué es eso de que lo ha arruinado todo? Alguien le ha hecho algo, ¿verdad? Ha… dicho que quiere a alguien. ¿Es que…?

—¡¡No!! —Tom dio un paso atrás exaltado. Natalie lo estaba fulminando con la mirada y él no sabía exactamente por qué—. Digo… bueno, sí.

—¿Sí qué?

—Eso que ibas a decir tú. —Tom abrió la boca, intentando comprender.

Entonces sus sospechas eran ciertas.

—Digo. ¡No! —Pensó que la rubia estaba jugando con él.

La vio desesperarse y luego buscar con la mirada a su amiga de una lado a otro.

—No te burles de mí, Natalie. Dime si sucede algo serio o no.

—No, Tom, por favor, ya no me sigas preguntando cosas. No puedo decirte absolutamente nada. Vanesa es la única que puede contarte. —Él bajó la cabeza un tanto deprimido.

Vanesa no iba a contarle nada, y que acabase de huir de su lado realmente le había dolido mucho.

¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué Vanesa no confiaba en él cuando él sí lo hacía en ella?

Sabía relativamente casi toda su vida, ella se lo había preguntado y a él no le había molestado en lo absoluto contárselo. Es más, siempre lo hacía con gusto, lo hacía sintiéndose en confianza, lo hacía por muy vergonzosas que fuesen algunas cosas.

Entonces, ¿por qué Vanesa no podía confiar en él?

Quizás no era eso, quizás lo iba a hacer, pero lo último acontecido los había distanciado y ella no lo quería ver.

—No puedo preguntarle, Nat, desde que ella me… —guardó silencio comenzando a sonrojarse.

Oyó a Natalie reír disimuladamente y bajó más aún la mirada.

—Ya sé que ella te besó, Tom.

Él se aclaró la garganta.

—Bueno, desde eso, ella huye de mí… y no sé por qué lo hace.

Entonces, una posibilidad le golpeó la cabeza internamente.

¿Por qué Vanesa lo había besado cuando estaba más que claro, por todo lo que había oído, que ella quería a alguien más?

—Espera, Tom. —Él la miró—. No tengo nada más que decirte.  —Él asintió muy poco convencido.

Comenzó a temer que Vanesa no quisiera hablarle más. Incluso la idea descabellada de que aquel beso se lo había dado con intenciones de apartarlo de su vida llenó su mente.

Eso, sin dudas, sería lo más cruel y doloroso que alguien podría haberle hecho.

Vanesa ya había pasado a ser una parte importante de él, y una decepción así no sabría cómo poder asimilarla.

¿Y si había sido interés? Quizás su único y verdadero amigo era Georg, nadie más.

Se negó a creerlo.

Supuso que estaba poniéndose un tanto paranoico, pero le quedaba el consuelo de saber que cada vez que se sentía confundido, eso le sucedía. 

Iba a averiguarlo de alguna forma, pero dejando eso de lado, primero debía concentrarse en la manera de poder encontrar a Vanesa en el momento indicado para que ella no pudiese huir de él.

No pensaba pedir ninguna explicación si su amiga no quería darla, quizás solo había sido un impulso, una estupidez, quizás había sido como aquel segundo beso en casa de ella… nada más.

Natalie se despidió para ir en busca de su amiga. Tom ni siquiera la miró, simplemente se dio la vuelta y regresó al salón de clases, al que de seguro ya iba tarde, otra vez.

Mi Nerd Favorito.Where stories live. Discover now