Capitulo 14

19.4K 1.3K 30
                                    

-Hola -saludó Tom sin mirarla mientras pasaba su dedo índice por los libros amontonados.

-Hola.

-¿Qué haces aquí? -Vanesa ladeó la cabeza y sonrió desganada.

-¿Tan tonta crees que soy que te extraña verme en la biblioteca? -Tom soltó una risita la cual Vanesa no pudo interpretar.

Se limitó a imitar lo que él hacía, pero simplemente leyó los nombres de los libros... "Sección de recetas", decía el papel pegado a un lado.

-Cuando cocines algo dulce me invitas a comer. -Comentó la pelirroja, sabiendo bien que Tom no era el que cocinaba.

-Claro. -Ella se sorprendió por la respuesta.

-¿Eh?

-Algún día. Primero creo que debo aprender a preparar un huevo sin quemarlo... Supongo que ese es el inicio, luego seré un Chef profesional. -Vanesa rodó los ojos y se afirmó del estante, observándolo. Tom tenía un lindo perfil y unos labios carnosos-. Si yo fuera tú no haría eso. Cuando los libros y el estante incluido caigan encima de ti, te darás cuenta de por qué te lo digo y ya será tarde para agradecer mi advertencia. -Vanesa, sin dejar de observarlo, se paró derecha.

-¿Qué te pasó ahí? -Le preguntó señalando con el dedo los labios del chico-. ¿Tienes una perforación?

Tom rió y se tocó con la mano libre bajo su labio.

-Algo así -dijo él y Vanesa frunció el ceño-. Ya no lo uso.

-¿Por qué?

-No lo uso para venir a la escuela. De hecho, últimamente lo tengo abandonado. Es un poco incómodo tener que retirarlo cada vez que vengo a clases.

-¿Duele?

Vanesa se acercó para mirarlo bien.

Tenía un pequeño hoyito bajo el labio. No se lo podía ni imaginar con algo así. No calzaba con la personalidad de Tom. Al menos, no con su personalidad dentro de esas paredes. Afuera él era otra cosa.

-No duele. ¿Cómo lo notaste? Es bastante pequeño.

Ella se sonrojó furiosamente y prefirió volver a mirar los libros.

¿Cómo decirle que estaba pendiente de cada una de sus facciones? Le gustaba mirar sus labios.

-Solo lo noté.

-Ya...

El celular de ella comenzó a sonar.

Una musiquita alegre inundó el lugar, y ella, en vez de contestar, comenzó a tararear.

-¿No vas a contestar? -Vanesa sacó el aparato de su bolsillo y frunció el ceño al ver que decía Maximiliano.

-Creo que no.

-¿Sucede algo? -Ella lo siguió pensando unos segundos, hasta que se dio cuenta que el sonido estaba siendo molesto para algunas personas.

Al final se llevó el móvil a la oreja.

-Max -susurró desagradada, y Tom la miró de inmediato.

-¡Vanesa! -Exclamó éste-. ¿Cómo estás?

-Bien, hasta hace unos segundos. ¿Por qué llamas?

-¿A que no sabes?

-No sé, pero tampoco me interesa. ¿Por qué llamas ahora? Haces como si nunca hubiese pasado nada. Sabes que estoy molesta contigo desde hace mucho tiempo.

-Lo sé. -El chico le contestó desde el otro lado de la línea-. Sé que debí haberte llamado hacía ya un tiempo. Pero es que... no sabía qué decirte. Ya ha pasado casi un año y supuse que no estabas molesta conmigo.

-Nunca me llamaste. Ahora no sé por qué lo haces. ¿Sucede algo? -Ella oyó la risita del chico al otro lado y ladeó la cabeza, siendo consciente de que Tom estaba muy atento a ella, aunque eso no le molestó.

-Estoy en la cuidad. -Vanesa abrió los ojos como platos y sintió su corazón acelerarse.

-¿Cómo dices? ¿Quién te ha dicho en donde vivo ahora?

-Tu antigua amiga. -Ella bufó.

-¿Por qué has venido?

-Quería arreglar las cosas... ¿Qué mejor haciéndolo en persona? Cara a cara. -A la pelirroja no le pareció.

Se rascó el cuello y vio cómo Tom la miraba intrigado.

-En persona... -Susurró ella-. No quiero verte.

-¡Oh, vamos, preciosa!

-No me llames así. ¿Por qué no me dejas en paz?

-¿Todo bien? -Intervino Tom, y ella asintió lentamente.

-Nos vemos a la salida, estaré esperándote. -Y él le cortó.

Vanesa se quedó en silencio, aún con el móvil en la mano, mirando la pantalla que pronto dejó de alumbrar y se tornó completamente negra.

Tom se acercó a ella y ladeó la cabeza.

-¿Estás bien? -Ella no contestó, simplemente levantó la mirada para verlo.

-Max. -Susurró.

-¿Max? ¿Quién es Max? -Preguntó Tom, un tanto confundido.

-Es un viejo amigo mío. -La chica frunció el ceño y luego guardó el aparato en su bolsillo trasero-. Y vendrá. Me dijo que estará hoy aquí, a la salida, supongo.

-¿Eso es malo? -Ella asintió y Tom no preguntó más.

Maximiliano había sido un viejo amigo de infancia de la pelirroja.

Se conocían desde los diez años y hacía unos años él le había confesado que estaba "enamorado" de ella y que haría lo posible para que ésta le correspondiera.

Vanesa le había dejado bastante claro que lo único que podía sentir por él sería cariño fraternal, era como su hermano mayor, aun así, éste había seguido insistiendo...

-Cuando recién cumplí catorce él llegó a mi casa medio borracho y... trató de propasarse conmigo, o algo así -contó de la nada, un tanto apenada.

Aquello no le había afectado mucho. Solo había sido cosa de la ocasión, aun así le tenía bastante rencor al que se suponía había sido su mejor amigo.

Mi Nerd Favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora