- ¿De qué depende? – preguntó sonriendo al recordar la canción que decía la misma frase.
- De mis buenas noches. – sonrió picara.
- Bueno, si vuelves aquí conmigo, te las daré.
Eva se incorporó y se levantó de la cama, salió de la habitación, corrió por el pasillo entrando al baño y se aseó, quitándose todo el maquillaje, después, salió de allí apagando todas las luces y asomó la cabeza a la habitación de él.
- Bú. – susurraron en su oído, haciendo que gritara asustada.
Álvaro estaba riéndose apoyado en el marco de la puerta, totalmente a oscuras.
- ¡¿Pero es que te has vuelto loco?! – exclamó mirándolo al llevarse una mano al pecho, escuchando el retumbar del latir de su corazón desenfrenado.
- Lo siento, pero no lo he podido resistir. – respondió intentado dejar de reír.
- Pues solo por eso, ahora duermes solo, por listo. – dijo girándose para ir a su habitación.
Él salió detrás de ella y la cogió de un brazo, pasó el otro brazo por su cintura, levantándola en el aire y metiéndola en su habitación.
- Bájame. – pidió seria.
- Vale, pero no te escapes, ¿eh? - le dijo divertido.
Ella se encogió de hombros esperando a que la bajara, cuando lo hizo, dejando su vergüenza atrás, se quitó las chanclas que se había puesto para no andar descalza y se metió en la cama de él, acomodándose en el lado que daba a la ventana, se giró hacia esta y observó las estrellas. Álvaro sonrió y se tumbó a su lado, se giró hacia ella y apoyó su barbilla en el hombro de ella.
- ¿Te has enfadado? – preguntó con voz suave.
- No, pero un día moriré de un infarto por llevarme tantos sustos. – respondió con igual tono, mirándolo de reojo.
- ¿Me perdonas por asustarte? – preguntó mirándola con ojitos.
Eva se giró un poco, sonriendo, le acarició la mejilla con una de sus manos.
- Claro que sí, tonto, pero solo si no lo vuelves a hacer, ¿eh? – le advirtió apuntándole con un dedo divertida.
- Prometido. – sonrió él, la miró durante unos segundos y preguntó: - ¿Puedo darte ya mis buenas noches?
- Las estoy esperando. – respondió riendo.
Álvaro se rió y se inclinó para pesarla, acariciándole la mejilla con la mano libre, ya que con la otra se apoyaba en el codo.
- Buenas noches. – susurró junto a sus labios.
- Buenas noches. – sonrió ella de igual modo.
Él la besó de nuevo y después se recostó de lado, mirándola con una sonrisa, ella se avergonzó un poco, pero le devolvió la sonrisa y lo cogió de la mano, entrelazando sus dedos con él, cerró los ojos y se quedó dormida a los pocos segundos.
Parecía que habían pasado cinco minutos cuando notó los rayos calientes del sol en su cara y el despertador sonando. Se removió en la cama quejándose y notó como alguien la abrazaba por la espalda, se giró y abrió los ojos con una sonrisa. Álvaro seguía durmiendo abrazado a ella, dormía profundamente y no se enteraba del estrepitoso ruido del despertador. Eva sonrió mirándolo, se incorporó un poco para ver la hora y como si creyera que se iba a escavar de entre sus brazos, él la abrazó mas, acercándose a ella, quedando a centímetros de su cara.
Capitulo 25 ~ ¡¿Pero es que te has vuelto loco?! ~
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