CAPITULO 52

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MARATÓN 1/3

Delante de mí, en la cama esta el vestido más bello que he visto. Es de color plata y largo, tiene unos diseños bordados en el busto y en las piernas. Junto al vestidos hay unos tacones no tan altos de color plata que van a juego con el vestido. En la cabecera hay una caja roja con una gran cinta de color plata. Me acerco y tomo la nota que se encuentra encima de esta.

Mí querida anastasia:

Esta noche será muy especial por lo tanto quiero que te pongas lo hay dentro de esta caja. Lo que en la caja pequeña es para ti y espero que te guste, y lo otro es para los dos. Te espero en una hora en la sala principal.

Te amo

Tuyo, para siempre Cristian

Sonrió al leer su firma. Saco la cinta y abro la caja. Dentro hay unas bragas de color blanca con mucho encaje pero no hay sostén. Y hay caigo en cuenta que el vestido en la parte de la espalda no existe tela. Tomo la caja más pequeña que es de color roja y cuando la abro hay una cadena de plata con un pequeño dije, y es nada más ni nada menos que la letra C y A entrelazada.

Cuando levanto la vista y observo el reloj, mierda, me queda 30 minutos para alistarme. Corro a la ducha, me desnudo en tiempo record y me baño, 10 minutos más tardes estoy secándome el cabello, peino me cabello con una trenza que sale del lado izquierdo de mi cabeza y la voy uniendo hasta llegar al dado derecho tomo el pelo restante y hago una trenza más grande dejándola descansar en mi hombro derecho.

Me coloco las bragas y son muy suaves, es como si no estuvieran allí. Ahora le toca el vestido. Es un vestido realmente lindo, que se amolda a mi cuerpo, me veo en espejo y se ve precioso puesto y cuando mira mi espalda hay 4 delgadas tira que hacen que el vestido no pierdo la forma. Me siento en la cama y me pongo los zapatos. Veo la hora y me quedan 5 minutos. Busco mi bolso y saco un labial claro, un delineador y sombras. Escojo un color de sombras claro y me delineo mis ojos haciendo que se vean hermosos y aplico un poco de labial y estoy lista.

Pero antes de salir me acuerdo de algo, abro la caja pequeña y me coloco la cadenita. Ahora si estoy lista.

Salgo rumbo al pasillo y bajo las escaleras. Cuando llego al último peldaño, mi boca se seca y mi respiración cambia.

Delante de mi esta cristian con traje negro, que le queda de muerte. Lleva camisa blanca y corbata plateada, supongo que lo hizo para ir al tono conmigo. En sus brazos se encuentra pulgoso con un corbatín pequeño del mismo color que mi vestido, se ve tan tierno.

-te ves preciosa- dice con voz ronca

-tu no te quedas atrás-

-pues es hora de cenar-

-¿no vamos a cenar aquí? Pensé que Gail estaba haciendo la cena-

-de hecho aquí la comida se congela sino se ocupa. Y vamos a ir cenar a un lugar muy bonito-

-¿pulgoso también va?-

-claro, es mi bebe y además me ha ayudado a planear todo esto-

-gracias-

-¿Por qué?-

-por amarme y amar a pulgoso también- digo sonriendo

-te confieso algo- yo asiento- nunca me gustaron lo animales, hasta que te conocí a ti-

-¿de verdad?-

-si, era un hombre muy solitario anastasia. La verdad es que yo no creía en el amor verdadero y sincero hasta que llegaste a mi vida. Me mostraste lo simple de la vida, y que en ella uno puede encontrar una felicidad incalculable-

-pues que bueno, nunca me ha importado el dinero, con tal de estar con las personas que quiero y amo soy feliz-

-aunque no lo creas, yo también- se acerca a mí y me besa- tus labios saben a fresa-

-es el brillo labial- digo devolviéndole el beso- ¿puedo llevar a pulgoso? ¿llevas algún arnés y su correa?-

-oh nena ¿con quién crees que estás hablando?-

-con el señor yo-lo-controlo-todo-

-exacto- toma mi mano y entrelazamos los dedos- es hora de irnos, el arnés y la correa están el auto, ahí se la colocas- yo asiento mientras entramos en el ascensor, seguidos por Taylor.

Subimos al auto y para mi sorpresa Taylor es el que maneja. Encuentro el arnés y la correa, pero el pequeño travieso no deja de moverse. No sé cuánto tiempo paso hasta que por fin le pude colocar el arnés y enganchar la correa. Bajo del auto con ayuda de cristian.

Pulgoso va delante de nosotros y para mi sorpresa se comporta como un caballero, no sé porque me da la impresión que cuando estuvieron solos cristian lo estuvo entrenado. Pasamos por una alfombra roja y entramos al restaurant. Es un lugar precioso, sofistica y muy caro. Una señorita muy guapa, que cuando ve a cristian, literalmente babea, nos enseña el camino a un sector privado. Nos deja y nos muestra a nuestro mesero su nombre es Demian. Cuando por fin cristian abre la puerta me quedo sin palabras.

DEDICO ESTE CAPITULO A

shairacapellan 

CarolinaAlmarz

evelinmorales86

isavalladaresamaya 

Grey-Steele: Juntos Por El Destino (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora