CAPITULO 11

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POV ANASTASIA

Cuando voy a subir a mi cuarto, el teléfono suena. Contesta mi madre y su rostro cambia inmediatamente. De asombro pasa a felicidad y nos informa que mi tía Lauren junto con mi prima se vienen unos días con nosotros.

Doy un largo suspiro, ¿Por qué? Es lo único que soy capaz de preguntarme. No es que me lleve mal con mis parientes, pero es que mi tía es tan especial y ni que se diga de mi prima apodada la come hombres.

El día transcurre tranquilo, entre el desayuno donde mi padre y Carrick cuentan historias cuando éramos pequeños. Luego a la hora el almuerzo me senté junto a Mía, hablamos de lo ella quería hacer en la hacienda. Ella le gusta la gastronomía y aquí tiene todo lo que necesita para probar. Le dije que no tenía problema en ser su conejillo de indias, logrando hacerla reír.

A la hora de la cena, comemos una exquisita pasta con verduras salteadas con trozos de carne de pollo. Al terminar mi madre pide que Cristian y yo pasemos al despacho ya que necesita hablar con nosotros. Cuando entramos a la habitación de color marrón, con un gran escritorio donde se encuentran varias fotos de mi madre, de mi hermano y muchas más. Detrás del escritorio se encuentra un gran ventanal mostrando lo maravillosamente hermosa que es La Bonita junto a un silla de cuero negro y en frente del escritorio 2 sillas más de color marrón oscuro, en uno de los lado se encuentra una gran repisa con una cantidad enorme de libros, en el otro lado existe un bar con varias botellas de diferentes formas y colores y en la muralla que está al lado de la puerta una repisa con distintas armas, son el orgullo de mi padre.

Mi madre toma asiento en la silla de cuero negro y nos indica con la mano que tomemos asiento en las sillas color marrón. Cuando lo hacemos mi madre dice:

-como ustedes sabes mi hermana y mi sobrina vienen por unos días a la hacienda- se detiene mientras decimos que si con la cabeza- bueno se darán cuenta que queda solo una habitación de huéspedes y necesitamos dos. Estuve hablando con tu padre- me señala- y con tus padres Cristian y llegamos a la conclusión que por estos días van a compartir cuarto, además que esto les servirá para conocerse más- dice con una enorme sonrisa

-¿Quién se va al cuarto de quién?- pregunta Cristian un poco molesto y lo entiendo

-tú al de Ana, ya sabes que Ana todavía está en la escuela y no quiero que se le pierdan sus cosas cuando se mude- dice mi madre mirando a Cristián -bueno eso era lo que les quería comunicar, antes que me vaya, mientras estábamos hablando Carrick y Ray ya llevaron tus cosas al cuarto de Ana, así que eso- dice mi madre algo nerviosa.

Miro a Cristian que tiene el ceño fruncido y sus manos en forma de puño con una tonalidad media blanca. Me paro y me siento en su regazo. Lo miro bastante tiempo cuando lo escucho suspirar y luego me mira.

-nuestros padres sí que quieren que estemos juntos... ¿No?-

-lo siento ellos pueden ser un poco rápidos y agotadores. Si no quieres compartir la habitación conmigo puedo ir a dormir con Nani, no sería la primera vez- dijo.

-no es eso, la idea de dormir contigo me encanta, lo que me preocupa es que teniéndote tan cerca no sé si me pueda controlar- dice.

-¿Controlar? ¿Por qué?-

-porque me gustas, y tu cuerpo provoca cosas en el mío. Y no quiero hacer nada que no quieras y por el momento tengo prohibido robar tu virtud hasta la noche de boda- dice en tormo burlón.

-¿Quién te lo prohibió?- digo algo sorprendida.

-mi padre-

-dejando esto de lado es mejor que vayamos a mi pieza, para hacer espacio y poder colocar tus cosas- intento ponerme de pie pero él lo impide y me atrae hacia él, besándome tiernamente. Siento que una de sus manos busca entre mi ropa hasta que encuentra mi piel. Su simple tacto hace que mi piel se encienda y mande descargas eléctricas que llegan junto al medio de mis piernas. Me permito gemir y cuando lo hago lo escucho gruñir. Nos separamos por falta de aire.

-es mejor que vayamos, ya que de todo el control que tengo en este momento solo me queda un 10%- me dice.

Yo río y me gano una palmada en mi trasero, haciéndome saltar del susto. El solo se ríe y toma mi mano entrelazando sus dedos con los míos para luego dirigirnos a mi habitación.

Grey-Steele: Juntos Por El Destino (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora