Capítulo 33

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Ante la ausencia de Silvia, me senté a comer el desayuno, solo como siempre, no podía dejar de pensar en que me habia excedido con ella, en todos los sentidos.

En el fondo esperaba que regresara en cualquier momento, eso podía pasar, veía los tulipanes, y me recordaban que faltaba ella.

Durante el día no ví señales de Silvia, así que decidí salir a su búsqueda, ya habia caído la noche, el pasillo se encontraba solo, era mejor que nadie se diera cuenta de esto, no quiero problemas ni estrés.

El ascensor no funcionaba así que tuve que bajar por las escaleras, tenia sentido que Silvia no quisiera bajar sola, las escaleras parecían formar parte de un espacio liminal, era incómodo, por alguna razón sentía escalofríos, este lugar estaba muy cuidado y parecia estar adecuado para que muchas personas pasaran por aquí, pero estaba vacío, era muy extraño.

Al bajar por los escalones se escuchaba el eco de mis pasos resonar en las barandas de metal, todo era blanco, de un blanco colo crema medio amarillento, olía a cemento y el ambiente estaba particularmente frío.

Me sentía asustado por esa incomoda experiencia, en serio entendía a Silvia.

Al llegar al pasillo fui hasta la puerta de la habitación de Silvia, toqué un par de veces y esperé a que saliera, pero simplemente no pasaba nada, sabía que estaba ahí dentro, escuchaba del otro lado de la puerta algunos sonidos, alguien estaba ahí y debía ser ella.

Me cansé de esperar y me senté en el suelo alfombrado de rojo y descansé mi cabeza sobre la pared, calculaba que había pasado cerca de una hora esperando, sentía las rodillas acalambradas, pero al menos estaba acostumbrado.

Vi que bajaba por las escaleras MacTavish, en pijamas y una sonrisa, alzó sus cejas en señal de saludo cuando me vió y se aproximó a mi.

— ¿Qué haces?, ¿Pagando plantón? — inquirió mientras se reía.

Clavé mi mirada sobre él y lo veía con seriedad, él se incorporó de cuclillas y y estrechó mi mano con fuerza, yo respondí al saludo.

— ¿No piensas decirme?, espera, ¿estás buscando a la hermana de Zanetti?

— Quiero hablar con ella.

— ¿Tú queriendo hablar con alguien?, ¿Qué pasa?, ¿Quieres fastidiar a Luciana?

— Necesito hablar con Silvia, es todo, Zanetti no tiene nada que ver.

— ¿Pasó algo entre ustedes dos?

— ...

— ¿Me estás jodiendo? — replicó con una carcajada incrédula.

— Nada del otro mundo.

— ¿Cómo pasó?

— Dijo que su habitación se la habían dado a otra persona y que no tenía donde dormir, pero por lo visto creo que ya solucionó ese problema, porque estoy seguro que está ahí dentro.

— ¿Te dijo eso?, pero ayer ella estaba aquí en su habitación, la vi entrar, solo ha estado ella, nadie más ha entrado.

— Entonces me mintió. — concluí decepcionado pero no sorprendido.

— ¿Pasó en tu habitación?

— Sí, y en la mañana ya no estaba, creo que fui muy rudo con ella.

— ¿Rudo en qué sentido?

— MacTavish...

— De acuerdo, ¿entonces simplemente le abriste la puerta en la mañana y la echaste? Eso fue grosero.

Mein Schatz KönigWhere stories live. Discover now