Capítulo 42 "La profesión más antigua del mundo"

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Narra Ghost...

¿Acaso Silvia se estaba burlando de mí?, me había dado el mejor blowjob de mi vida pero me confunde que solo me busque para eso, sé que lo estoy aprovechando, ni siquiera sé por qué estoy confundido, Dios...

Necesitaba tomar algo, despejar mi mente, Silvia me había vaciado por completo, me sentía ligero como una pluma, salí de la habitación no sin antes darme otra ducha, al salir me encontré con MacTavish en medio del pasillo.

- ¿Qué te ocurrió? - interrogó viéndome de arriba a abajo.

- ¿De qué hablas?, ¿Qué tengo? - refuté.

- Pareciera que te dieron una paliza.

- Una paliza... Si claro. - me quedé inmóvil recordando lo que había pasado hace algunos minutos en la habitación.

- Como sea, necesito un trago de whisky, ¿me acompaña Teniente?

- Prefiero una taza de té.

- Malditos británicos. - replicó de forma sarcástica y ácida.

Al entrar en la cocina ví a Silvia sentada charlando con König y Zanetti en una de las mesas, Zanetti se encontraba preparando algo, estaba de espaldas hacia nosotros, tal vez sea café.

Silvia me vió directamente a los ojos, yo también hice lo mismo, ella se veía tan calmada, es tan frívola que ni siquiera sé inmutó.

- ¿Qué hacen? - preguntaba MacTavish al grupo. - es un poco tarde, ¿No?

- Tratando de conquistar el mundo. - respondía König con una risa sonora.

- Que chistoso. - comentaba Silvia tomando un sorbo de su taza humeante entre sus manos.

- ¿Quieren té? - inquiria Zanetti dándose vuelta hacia nosotros.

- Preferiría un whisky Luciana, muchas gracias. - decía MacTavish incorporándose a la mesa.

- De acuerdo, ¿en las rocas?

- Seco estaría bien.

- Wow, tuviste un día duro. - soltaba König.

- Todos tuvimos un día duro. - intervine ante su comentario fuera de lugar.

- Exactamente, fue un día duro, para unos más que otros. - comentaba Zanetti para intentar calmar los ánimos. - ¿Y tú qué vas a querer?,
¿un whisky también?

- Estaré bien con un té, gracias.

Silvia clavó su mirada en mí y negó con la cabeza disimuladamente, haciéndome recordar lo del conocimiento de Zanetti en venenos y otros tóxicos.

- ¿Sabes qué Zanetti?, estoy bien así, no me siento bien del estómago.

- Oh, bueno, no hay problema.

Ví como Zanetti tiraba por el lavaplatos el té que estaba preparándome para mí, me hizo sospechar de que Silvia tenía razón, trataba de envenenarme, o solo era mi imaginación, no creo que ella sea capaz de eso, tal vez Silvia si lo sea, pero ¿Zanetti?, por Dios, es el médico del equipo.

- Tenemos mucho tiempo esperando indicaciones de Alejandro, ¿cuántos tiempo más tenernos que esperar? - interrogaba Silvia juntando sus puños sobre la mesa.

- Tenemos que proponerle alguna manera, alguna idea sobre como podemos infiltrarnos en el cartel. - decía König reclinandose en la silla.

Silvia volteó a ver a Zanetti sonrió y dijo.

- Tengo una idea...

Zanetti frunció el ceño y colocó sus manos sobre su cintura.

Alejandro irrumpió en la cocina, bostezaba y estiraba sus brazos, parecía que acaba de levantarse de una larga siesta.

Mein Schatz KönigWhere stories live. Discover now